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Sintonías

sábado, 16 junio 2007

Si una banda sonora es capaz de despertar emociones en quien la escucha, muchas veces asociadas a la propia película y a lo que ésta significa para el espectador, las sintonías de algunas series y programas de televisión son capaces de traernos de forma instantánea muchas imágenes y sensaciones a la cabeza.

La televisión, su música, se ha convertido, sin lugar a dudas, en la banda sonora de la vida de cada uno de nosotros. En este sentido, cada persona tiene una música especial, la de aquella serie o aquel programa que tanto le gustaba y que recuerda con gran cariño. Sin embargo, hay algunas sintonías que, por derecho propio, se han ganado ese lugar entre la mayor parte de la población.

Una de ellas es la inconfundible sintonía de cabecera de la serie Canción Triste de Hill Street. Hoy, veinticinco años después de su emisión, resulta curiosa la traducción de la palabra blues. Escuchar la sintonía de la serie, a la vez que veo su cabecera me traslada a mis primeros años de infancia, en los que me veo, en pijama, sentado entre mis padres en el sillón del salón de la primera casa en que viví. En la televisión comienza un nuevo capítulo de una serie de policías que no entiendo muy bien. Sólo sé que es algo triste, un drama. No recuerdo mucho de sus personajes, sólo que la abogada era novia del capitán de policía y que una de sus temporadas, quizá la serie, acababa con el incendio de la comisaría.

Y, por supuesto, una frase unida para siempre a la serie: «Tengan cuidado ahí fuera».

Hay músicas e imágenes que, más que evocar recuerdos, nos trasladan a ellos. Hacen que nos invadan sensaciones que son imposibles de describir. Supongo que es una forma metafórica de volver, gracias a la televisión, a una infancia irremediablemente perdida. Por eso, cuando estoy en Gran Canaria, hay veces que me paso las noches de los fines de semana, hasta bien entrada la madrugada, zapeando en algunos canales de Digital+, en busca de la reposición de viejas series que me trasladen durante unos minutos a la infancia, esa época feliz y libre de preocupaciones.

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