De memoriales y conflictos interiores

Quizá debido a que prefiero entretenerme en eso en lugar de pensar en otras circunstancias que me preocupan mucho más, pero cuyo desarrollo inmediato no depende de mí, vivo desde hace unos días pendiente de un conflicto artificial que se ha desatado entre mi yo periodista y mi yo escritor, a cuenta de la convocatoria del V Memorial Dolores Campo-Herreros.

Esta misma mañana, el amigo Alexis Ravelo (precisamente estos días ando enfrascado en la lectura de la última de las desventuras de su Eladio Monroy) me hacía llegar la convocatoria oficial de este evento, en cuya tercera edición tuve la inmensa suerte de participar y que se celebrará el próximo lunes 7 de noviembre a las 20:30 horas en la sala Cuasquías de la capital grancanaria.

Tal y como señalan sus organizadores, esta Jam Session de microrrelatos es «un acto público efímero y ameno, espontáneo y poco solemne en el que, anualmente, autores y autoras de todas las edades y estilos, tanto noveles como experimentados, se reúnen para una lectura de minificciones, con orden improvisado, para celebrar, a un mismo tiempo, el cuento pigmeo y la memoria de Dolores Campos-Herrero, destacada escritora fallecida el 20 de octubre de 2007».

La participación está abierta a cualquier escritor, siempre que siga unas sencillas normas (obra de ficción en prosa, de autoría propia y un máximo de 250 palabras, participación individual y un solo texto por intervención). Cuenta Alexis que una docena de aficionados a escribir microrrelatos ya han confirmado su asistencia. Si te apetece participar, aún estás a tiempo, ya que no es necesaria la inscripción previa. Y, si simplemente quieres ir como público, encontrarás las puertas de Cuasquías abiertas de par en par.

Mi yo escritor se muere de ganas por volver a participar dos años después en esta fiesta de las historias pigmeas (que diría mi amiga Angie). De hecho, ya he preseleccionado algunos textos (la mayoría antiguos, pero también alguno inédito) que me gustaría leer. Sin embargo, ayer mi yo periodista se dio cuenta de que esta literaria convocatoria coincide con el cara a cara (es un decir) electoral entre Mariano Rajoy y Alfredo Pérez-Rubalcaba. Y la deformación profesional unida a lo que se antoja una animada conversación en Twitter tira mucho.

Así que, aquí me tienen esta sobremesa de sábado, debatiéndome entre asistir a una estimulante sesión de microrrelatos o seguir un debate electoral que será cualquier cosa menos debate, cuando ya sé (y desde hace tiempo) que la decisión está más que tomada. Todo sea por no comerme la cabeza con aquellos temas que de verdad me preocupan. Pero, créanme, por más que lo intento no lo consigo.