Un día para sonreír

Hoy es un día especial. Un día de esos en que todo debería estar en su sitio y podrías conseguir cualquier cosa que quisieras. Debería ser un día de esos en los que te levantas con una sonrisa en la cara y, al abrir la ventana, un sol tibio inunda la habitación. Un día de esos que pasarías rodeado de todas aquellas personas que, por uno u otro motivo, son importantes para ti. Y tú para ellas.

Porque hoy cumplo treinta años.

Sin embargo, estoy en Madrid y, por primera vez en mi vida, no voy a poder estar con mi gente el día de mi cumpleaños. El año pasado ya pasé la mayor parte de este día aquí, pero conseguí llegar a Gran Canaria poco antes de la medianoche. Y pasé con mi familia los últimos minutos de mi vigésimo noveno cumpleaños.

Pero este año no puedo viajar hasta dentro de ocho días. Cumpliré treinta años aquí y tendré que esperar una semana para celebrarlo. Pero no me importa.

Porque hoy es un día especial y nada me lo va a estropear. Es, sin duda, un día para ir cantando por los rincones y, sobre todo, para sonreír.

Un día para ser felices.

Steve Harley and Cockney Rebel, Make Me Smile (Come Up and See Me), 1975.