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Decorando el Tívoli

martes, 14 junio 2011

El parque de atracciones Tívoli fue uno de tantos proyectos que, a mediados de los años 70 del pasado siglo, pretendían convertir Las Palmas de Gran Canaria en una gran ciudad de su tiempo, preparándola para encarar la, por aquel entonces, aún lejana llegada del nuevo siglo. Sin embargo, como la mayor parte de esos ambiciosos proyectos, jamás llegó a hacerse realidad.

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Situado en la falda de una montaña, en plena entrada sur de la ciudad, el Tívoli, cuyo elemento más espectacular era una noria de 50 metros de altura, podría haber sido un importante reclamo turístico, pero los problemas económicos de siempre (y, posiblemente, algunos urbanísticos) derivaron en que su construcción jamás llegase a su fin.

Recuerdo que durante los años 80 y principios de los 90 del pasado siglo circularon algunos rumores que apuntaban a su finalización y apertura. Nunca pasaron de rumores y la, ya por aquel entonces, vieja noria siguió deteriorándose y amenazando a los miles de vehículos que cada día circulaban por la autovía, como un decadente recuerdo de lo que pudo haber sido, pero nunca fue. Hasta que la desmontaron y del Tívoli sólo quedaron unos cuantos muros de hormigón y la entrada, con su característico remate triangular.

Pese a dominar la puerta por la que más turistas llegan hasta la capital de la Isla, el abandono ha sido el estado habitual de esa zona, que, mientras se deterioraba, acumulaba todo tipo de basuras y pintadas en sus muros. Imagino que por ello, y ante la visita, hace algo más de una semana, de varios miembros del jurado que el próximo 28 de junio escogerá la Capital Cultural Europea de 2016, distinción a la que opta Las Palmas de Gran Canaria, junto a otras cinco ciudades españolas, el ayuntamiento capitalino decidió adecentarla.

Para ello, alrededor de 1.500 escolares y numerosos voluntarios de la asociación HurbMana fabricaron y colgaron más de 3.000 flores de material reciclado de los muros del Tívoli, que, además, fueron repintados y sus grafitis sustituidos por algunos como el del siguiente vídeo, que descubrí gracias a un tuit de Jose Frechín.

Lástima que este tipo de actuaciones sólo se planteen cuando se pretende impresionar a alguien que viene de afuera y no se ejecuten como algo habitual.

Proyecto HurbMana, Sabotaje al montaje tq munton caracolita, 2011.

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