Volare a Barcelona

Este año está resultando ser el más pródigo, en lo que a viajes se refiere, que recuerdo. Si bien la mayor parte de ellos pueden encuadrarse en lo que denominaríamos viajes relámpago, el de hoy lo es aún más, si cabe, ya que estaré fuera de Madrid apenas veinticuatro horas.

Por motivos laborales, tengo que asistir a una serie de actos organizados por la Fundación La Caixa, que es quien patrocina el programa que me liga a Efe y que tendrán lugar a lo largo de la jornada de hoy.

Algunos compañeros han decidido aprovechar la flexibilidad que ofrecen los billetes del puente aéreo -y algunos días pendientes de vacaciones- para alargar su estancia en la Ciudad Condal, a los que me habría sumado gustosamente, a pesar de que ya he estado en Barcelona en varias ocasiones, si no fuera porque prefiero aprovecharlos para pasar las navidades en casa, antes de partir para Santo Domingo.

Así que, con un billete de ida y vuelta a Barcelona y con el equipaje justo para pasar una noche y regresar mañana por la mañana, en estos momentos debo estar embarcado en un vuelo que hace el decimoctavo de un año en el que, si todo va bien, planeo tomar un total de veintidós aviones. Para mucha gente será una cifra ridícula, pero para mí -al igual que para el común de los mortales, supongo- supone una cifra casi astronómica. Algo así como pasarme el día volando.

Por ello, nada mejor que una rumba alusiva para celebrar este día en Barcelona.

Gipsy Kings, Volare, 1989 (versión de un original de Domenico Modugno).