Pon un famoso en tu vida (II): La caza activa
Cuando las batidas por Madrid en busca del famoso de turno no funcionan, la única solución es acudir a su hábitat natural. El famoso, si es conocido por su trabajo, normalmente sigue unas rutinas que permiten localizarlo. El friki común lo sabe y aprovecha ese conocimiento para extender sus garras sobre el famoso que, ignorante de la que se le viene encima, acude tan tranquilo a su trabajo o a cualquier evento social.
(Nota: Para que se capte totalmente el efecto del párrafo anterior, éste debe ser leido con voz de Félix Rodríguez de la Fuente o, en su defecto, de locutor de documental del National Geographic)
Pero, básicamente, es así. El coleccionista de autógrafos, por ejemplo, se aposta en los hoteles en los que sabe que se va a alojar su ídolo. O se dedica a acudir de público profesional a los distintos programas de radio o televisión. El fin de semana pasado, sin ir más lejos, viví un ejemplo de estas situaciones en Carrusel Deportivo. Pero, en mi caso, no es el único.
Hace un par de años, justo cuando desembarcaban en Onda Cero, pude asistir como público al programa de Gomaespuma y este mes de enero, a No somos Nadie, el programa que dirige Pablo Motos en M-80. En ambos casos, ver como realizan los programas es una experiencia fantástica. Es dos y hasta tres veces más divertido que escucharlos por la radio. Además, por lo general suelen ser bastante simpáticos y amables con el público, aunque sólo hablen un par de minutos con él.
Sin embargo, la mejor experiencia que he tenido hasta ahora ocurrió hace un par de semanas, cuando pude conversar durante un gran rato con el actor Pepe Viyuela, que había acudido a la Universidad Carlos III a dar una conferencia. De esa conversación, que se convirtió en mi primera entrevista, me quedo con la sensación que transmite. Es una sensación de cariño en todo lo que hace, de creer firmemente en su labor, tanto en su faceta de actor, como en la de payaso solidario, precisamente de lo que habló en la conferencia. Pero, me temo, esa conferencia es harina de otro costal.