Sobreviviendo
Aprovecho un minuto libre en mi primer día de trabajo para tranquilizar a todos aquellos que puedan sentirse intranquilos –si es que hay alguien en esa situación– por mi casi nula actividad en esta bitácora en los últimos días: estoy bien. Agotado, pero bien.
Tras mi escapada a Madrid a comienzos de la semana pasada, los pocos días que estuve en Gran Canaria fueron de auténtica locura. Mucho por hacer y muy poco tiempo para ello. Así que mi plan de dejar algunas entradas programadas se quedó en eso: en un simple plan.
Ayer, Madrid me recibió con una gran nevada. En los casi dos años y medio que pasé aquí, apenas asistí a un par de heladas, así que tenía intención de contar cómo la ciudad celebró el comienzo de mi segunda etapa capitalina cubriéndose de blanco y colgar unas cuantas fotos que, a modo de testimonio gráfico, saqué con el móvil cuando tuve que salir en busca de leche.
Sin embargo, sigo agotado, instalado a medias, aterrizando en una nueva redacción y, lo que es más importante, aún sin conexión a Internet. Así que la estampa del Paseo de Extremadura teñido de blanco tendrá que esperar unos días.
Mientras recupero la normalidad, estén tranquilos: a pesar de las placas de hielo en las aceras, voy sobreviviendo. Que no es poco.
ya nos pondrás al dia! por cierto, tenemos pendiente tu cena de despedida, no te vas a librar tan fácilmente!!!!!!!!!
¿» La ciudad celebró el comienzo de mi segunda etapa capitalina cubriéndose de blanco «? Un poco megalomaníaco, ¿no? 😀
De eso se trata, @eowyn, de eso se trata. 😉