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La locura de la geolocalización

miércoles, 24 noviembre 2010

Tengo que reconocer que, aunque reconozco que puede tener cierta utilidad en determinados campos, soy un escéptico en lo referente a la geolocalización. Hasta ahora nunca he visto otra utilidad a Foursquare, más allá de la de pregonar a tus contactos en Twitter que estás en tal o cual sitio y volverlos locos con mensajes en los que les cuentas que te has convertido en algo así como alcalde (Mayor) de uno de esos lugares que tanto frecuentas.

Sony Ericsson, Someone stole my mayorship, 2010.

Sin embargo, el pasado fin de semana mi percepción sobre estas herramientas comenzó a cambiar, cuando descubrí que muchos de los asistentes a EBE, a la hora de salir a cenar o tomar unas copas, utilizaban Foursquare para ver en qué lugares se encontraban otros usuarios del sistema que también habían acudido al evento y reunirse con ellos. O no.

Sin embargo, el hecho de lanzar tanta información personal a la Red –sobre todo el hecho de decir dónde estás y qué estás haciendo casi a cada momento– seguía alimentando mis reticencias hacia este tipo de herramientas.

Para intentar comprender la geolocalización un poco mejor y liberarme de esos prejuicios que me han llevado a no registrarme en Foursquare hasta ahora, el sábado asistí a la ponencia Retos de la web móvil: el poder de la información geolocalizada, que impartió el director del Manchester Regional Research Laboratory, Robert Barr, dentro del programa del EBE. Sin embargo, y a pesar de que fue muy interesante e instructiva, salí de ella con las mismas dudas que tenía al entrar respecto a la privacidad.

FoursquareFoursquare permite a sus usuarios no sólo hacer check-in en el lugar en que se encuentren y compartir su ubicación a través de las redes sociales, sino que además pueden dejar sus opiniones sobre esos negocios para que sean aprovechadas por otros usuarios del sistema. Los comerciantes, por su parte, pueden aprovechar este tipo de herramientas para fidelizar a sus clientes, ofreciendo promociones exclusivas o descuentos a quienes hagan check-in en sus locales y regalos a los que se proclamen Mayors de los mismos.

Reconozco que cuando esa tecnología madure y el uso del Internet en movilidad esté mucho más extendido que ahora, este tipo de aplicaciones puede jugar un papel muy interesante. A cambio de ello, como ha ocurrido con otras muchas aplicaciones, tendremos que ceder el control de parte de nuestra información personal y compartirla con aquellas empresas de las que pretendamos obtener algún tipo de contraprestación.

Si logramos hallar el punto de equilibrio entre la información que cedemos y el beneficio obtenido este tipo de aplicaciones habrán llegado para quedarse. Pero, de momento, sigo viendo más inconvenientes que ventajas a estar haciendo check-in en Foursquare cada vez que entre en un sitio. Claro que esa misma falta de utilidad práctica era la que le veía a Twitter hace poco más de dos años y hoy es una herramienta –no sé si útil o no– que uso a diario.

Por si acaso, ayer hice ya mi primer chek-in. Aún no sé si quiero llegar a Mayor.

4 comentarios leave one →
  1. jueves, 25 noviembre 2010 1:09 pm

    Buenas, me animo a comentar porque me interesa bastante el tema. Yo al principio tenía las mismas reticencias que tú describes acerca de estas aplicaciones. Y es más, me fastidiaba ver mensajes en mi timeline de Twitter contándome que tal o cual contacto estaba en algún sitio. ¿Qué podía importarme? Pero en fin, fue hacerme un un smartphone y poderme la curiosidad, y ahora yo también soy usuario de Foursquare. Y si se usa adecuadamente puede ser una herramienta muy útil: en primer lugar no publicando todos y cada uno de los checkins en todas las redes sociales, a no ser que se aporte alguna información adicional de interés. De hecho se pueden hacer checkins anónimos, sin que no se entere nadie más que el propio usuario, leyéndose uno bien las opciones de privacidad se descubre todo ésto. Y por último, en vez de limitarnos a hacer checkins, conseguir chapas y mayorships, deberíamos hacer más uso de los tips (consejos o indicaciones), ya que allí es donde se puede proporcionar la mejor información para los demás usuario. Tanto para lo bueno como para lo malo, y no sólo en tiendas, restaurantes o bares de copas, sino también en lugares públicos: si nos dan mal servicio en un aeropuerto o encontramos la playa sucia, también debería servir de algo comentarlo en este servicio. Y cuantos más lo hagamos, más eco tendrá.

    Perdón por el tochazo y un saludo.

  2. jueves, 25 noviembre 2010 2:04 pm

    @pinzonazul, de tochazo nada, todo lo contrario. Se trata precisamente de eso, de tratar de descubrir la utilidad de la herramienta. Lo que intento apuntar en el texto -no sé si con fortuna o no- es que la gente se hja quedado con la gracia de los check-in y las chapitas, cuando la utilidad posiblemente esté en los consejos. En cuanto a la posibilidad de hacer check-in de forma anónima, no la conocía. Un conocimiento nuevo que me apunto.

    ¡Gracias y bienvenido! 😉

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