La verdadera historia de la reforma constitucional
Durante los últimos años, mientras la ciudadanía pasaba de pedir tímidamente a exigir una reforma en nuestro sistema electoral para hacerlo más justo y representativo –y con ello, más democrático–, nuestra querida clase política, se afanaba en afirmar que no tocaba abrir ese melón. Y el de la reforma constitucional, mucho menos. Hasta hoy, pero será a su manera y, por supuesto, sin escuchar a ese pueblo en el que, según esa misma Constitución, reside la soberanía nacional.
Como siempre, Morgan nos deja la mejor (y más agridulce) representación gráfica del asunto.