99 desvarÃos y 2 historias para llorar
Faltan tres dÃas para que se cumplan cuatro meses desde que empezó la andadura de Un Canario en Madrid. Estos 120 dÃas han dado para mucho, en concreto para contar cien historias diferentes y elaborar un resumen, que constituya la entrada ciento uno.
PodrÃa decir que estos cuatro meses se resumen en más de 4.000 visitas recibidas, lo que da una media de 1.000 al mes o unas 34 al dÃa. Además, se ha creado un grupo de lectores más o menos fieles que ha dejado, hasta hoy, 121 comentarios en las 100 entradas, que se agrupan en 20 temas diferentes. La entrada más visitada ha sido, con más de 150 consultas, la referida a la campaña de promoción de las Islas: Islas Canarias, ¿las conoces?; la más comentada, ¡Qué alegrÃa!, sobre la emisión en internet de Radio Arucas.
Son números modestos, pero que me desbordan, ya que este blog nacÃa sin pretensiones de ser leÃdo y comentado masivamente. La mayor parte de lo que he escrito posiblemente carezca de interés para cualquier persona. No creo que haya mucha gente que sienta un interés especial por el punto de vista de un canario que vive en Madrid, pero que, orgulloso, ejerce de canario.
Y, sinceramente, hacer repaso de los desvarÃos que han inundado este blog durante la práctica totalidad de las cien entradas anteriores me parece una frivolidad cuando acaba de cumplirse un año de la desaparición de Sara Morales y, además, asistimos con total y absoluta impotencia a la destrucción de gran parte de la Isla.
Porque, cuatro dÃas después, Gran Canaria sigue ardiendo y cada vez más. Las llamas invaden la Isla de la misma manera que la rabia invade a todos los grancanarios, de forma cada vez más virulenta. Porque cuatro dÃas son muchos dÃas. El fuego cada vez consume más lugares, parajes protegidos –Inagua, Pajonales, Pilancones…– , pueblos –Mogán, Ayagaures, Tasarte–, hoteles rurales, Palmitos Park… Y rezamos para que no alcance Los Pechos, Tamadaba o la parte superior de Pilancones.
Cuatro dÃas son muchos dÃas. La sensación de impotencia se acrecienta y cunde la sensación de que no se ha hecho –o no se hizo– lo suficiente para evitar esta catástrofe. Parece que todo es obra del egoÃsmo de un solo hombre. Que lo pague. Su estupidez ya la estamos pagando todos los canarios. Con rabia, impotencia y desesperación.
Triste balance el de Un canario en Madrid: noventa y nueve desvarÃos propios y una historia para llorar en dos entradas, porque Gran Canaria se sigue quemando por dos de sus cuatro costados. Asistimos a ello con rabia, impotencia, desesperación y ganas de llorar. Uno de los dÃas más tristes desde que comencé este blog. Hasta mañana.
estaba buscando historias para llorar,,no boludeses!!
bru bru te am000! 🙂
ajja q estuoides la verdad n ases llorar ni a un muert cn esta estupides jaja, ja x lo menos lo intestaste
LucÃa, con esta entrada no pretendÃa hacer llorar a nadie. Simplemente intentaba reflejar que la situación de esos dos últimos dÃas (miles de hectáreas de la isla en la que vivo ardiendo) era como para llorar y lo demás, simplemente tonterÃas.
PD: Si creÃas que insultándome y escribiendo un comentario ininteligible me ibas a ofender, no lo conseguiste. Aunque por lo menos lo intentaste. 😉
Esta gente deberÃa dedicar menos tiempo a criticar y más a repasar ortografÃa, porque me duelen los ojos de las faltas que comenten. O a lo mejor es que no les llega para darle al teclado y pensar coherentemente a la vez.
En fÃn, hay gente «pa tó».
Cuanta perdida de tiempo comete la gente entrando en blogs para hacer comentarios tontos, pero bueno de tontos esta lleno el mundo y por eso entran. No tienen nada mejor que hacer por eso van o mejor dicho hacen el gili en su vida diaria.