La curiosa historia del curioso incidente
«Dile a tu hermano que te preste el libro del perro. Está simpático». Así fue como me introdujo mi padre El curioso incidente del perro a medianoche, una de las últimas novelas que he leído. Lo cierto es que, hasta ese momento, no había oído nada acerca de la novela de Mark Haddon, por lo que quedé aún más desconcertado cuando la comparó con El niño con el pijama de rayas y Las ovejas de Glennkill. No se parecen en nada, pero tiene algo de ellas.
La historia de El curioso incidente del perro a medianoche arranca una medianoche -obvio-, cuando Christopher, un chico de quince años, descubre el cuerpo sin vida de Wellington, el perro de su vecina la señora Shears, y decide averiguar quién lo mató. Animado por Siobhan, su profesora del colegio, Christopher decide escribir un libro en el que relatar todas las vicisitudes de su investigación. Todo lo que escriba será verdad, porque él nunca miente.
Christopher John Francis Boone no es un niño como los demás. Le encantan las matemáticas y es capaz de recitar todos los números primos hasta el 7.507 y las capitales de todos los países del mundo. Por el contrario, odia el marrón, el amarillo, el contacto físico y las aglomeraciones.
Con estos ingredientes, Mark Haddon, reconocido autor de cuentos infantiles, elabora una tierna historia, relatada, al igual que El niño con el pijama de rayas, a través de los inocentes ojos de un niño muy especial. Y, como también ocurría en Las ovejas de Glennkill, Christopher somete el mundo de los adultos a su particular juicio de valor, lo que, en ocasiones, pone en tela de juicio el sentido común de muchas de las personas que lo rodean.
Y es que la búsqueda emprendida por Christopher le lleva a cuestionarse por completo el mundo que lo rodea. Así, descubrirá ciertos secretos que trastocarán su hasta entonces ordenada y segura vida, llevándole a afrontar una serie de retos personales de los que nunca se creyó capaz.
Después de devorar sus casi 270 páginas en apenas dos días, aún no sé si coincidir con mi padre en calificarla como simpática. De lo que sí estoy seguro es de que, sin ningún lugar a dudas, se trata de una curiosa historia tratada bajo un punto de vista bastante curioso. Como el incidente.
Como consecuencia de su lectura, ya me espera la última novela de Mark Haddon, Un pequeño inconveniente. Después de leer su sinopsis me parece, cuando menos, curiosa.


Veo que le ha llegado el turno a UN DIA DE COLERA. Precisamente, ayer lo acabé de leer. Y me sorporendió encontrarme con un PEREZ REVERTA más comedido de lo habitual. Pero magistral, como es marca de la casa…
Disiento contigo en eso de que Pérez-Reverte está más comedido que de costumbre, como pondré de relieve en la entrada que escribo a medida que voy leyendo el libro. Libro que, por cierto, empecé el lunes y del que ya me acerco peligrosamente a su página 300.