El ángel
Hacía tres días que el ángel acompañaba a la chica a todas horas. En ese tiempo la había salvado de morir en varias ocasiones. Aún no había llegado su hora.
Sin embargo, la mañana del cuarto día no dudó en empujarla escaleras abajo.
Puntual, implacable y despiadado, el ángel de la muerte había vuelto a cumplir su cometido.