A ponerse las pilas
Una vez superado el catarro (aunque la tos se resiste a abandonarme), recuperadas algunas fuerzas (pero muy pocas) y (casi) olvidada la resaca de los primeros compromisos navideños, creo que, prácticamente una semana después de la última entrada, va siendo hora de ponerse las pilas y volver a retomar el ritmo habitual de escritura.
Sin embargo, me permitirán que sea mañana cuando me ponga a ello. Hoy he tenido que realizar diversas gestiones y sigo con ganas de alargar estas vacaciones blogueras. Si es que, al final, van a tener razón los que dicen que es una lata el trabajar.
Aparte de eso, gracias a Dios, la vida pasa felizmente…
Luis Aguilé, La vida pasa felizmente, 1973.