El apellido de los tertulianos
Escuchaba ayer en el programa de Televisión Española La noche en 24 horas que el Club de creativos ha desarrollado una curiosa iniciativa para celebrar su décimo aniversario: pedir a los internautas que elijan, hasta el próximo día 22 de abril, cuáles han sido las diez mejores y peores ideas de la última década.
Me llamó la atención ver en la tabla de las malas ocurrencias –y con unos cuantos votos– la figura de los tertulianos. Sin embargo, aunque me resultó curioso, no puedo decir que me sorprendiera, ya que desde hace bastante tiempo, en este país, los tertulianos han dejado de tener opinión propia para defender los postulados del grupo de comunicación del que dependen.
En la práctica, ese sometimiento a la ideología del medio para el que se trabaja se traduce en un apoyo incondicional al partido político al que dicho medio apoya desde sus páginas, ondas, pantallas o sitios web. Lo que convierte la tertulia en una extensión del mal llamado debate parlamentario, al que cada opinador acude con unas ideas preconcebidas, sin que nada de lo que diga el resto de debatientes le haga moverse de su posición inicial. De hecho, las malas lenguas aseguran que hay tertulianos profesionales que pasan por las sedes de los partidos para recoger instrucciones antes de acudir a platós de televisión y locutorios de radio.
Así, cuando uno escucha una tertulia, ya sea 59 segundos o la de la mañana en cualquier emisora de radio, lo primero que hace es tratar de identificar el medio para el que trabaja cada uno de los tertulianos, para averiguar cuál va a ser su postura con respecto a cada uno de los temas que se traten antes de que emita su opinión. Y, por desgracia, casi nunca se falla.
Además, en la mayor parte de las tertulias y debates, los mismos opinan sobre todo, con independencia del grado de conocimiento que puedan tener sobre los distintos asuntos y se prescinde de la opinión de los verdaderos expertos en cada uno de los temas, a pesar de que son los únicos capaces de emitir juicios fundamentados.
Un profesor que tuve en la Universidad sostenía que los medios prefieren llevar a sus debates a periodistas polémicos, de los que saben que siempre van a dar intensidad y carnaza al debate, aunque se conviertan en portavoces de hecho de los distintos partidos políticos –o quizá por ello–, antes que a expertos o periodistas independientes, que puedan tener su propia opinión y estén dispuestos a debatir sus ideas y, lo que es más importante, a cambiarlas si el contrario les convence con sus argumentos.
Sin embargo, parece que esta opción, civilizada, educativa y enriquecedora para el sistema democrático, es mucho menos vistosa, divertida y alienante que ver a unos periodistas hechos y derechos insultarse y no respetarse en el uso de la palabra, mientras, desde la intransigencia, intentan defender a nuestra indefendible clase política.
Ciertamente Ruymán, nosotros jugamos a eso de identificar el medio al que pertenece el tertuliano para anticipar sus posturas en los debates. Como tú dices, normalmente es acierta. Lo que lamento es que se fomente ese tipo de tertulias. Habría que empezar a buscar opinadores no afiliados a una línea política.
Saludos
http://www.elplumilla.net
Estoy bastante de acuerdo con lo que cuentas, es una desgracia. Hace unas semanas salió un artículo en prensa que calculaba que los medios españoles estaban ocupados por solo unos 300 tertulianos (aquí otro artículo que da cantidades).
Tu profesor de universidad no decía nada que no supieran los griegos. Y por eso es por lo que me gusta tanto Internet y los blogs como espacio para el debate. No tenemos limitaciones de espacio, ni de tiempo. La palabra escrita y reflexionada permite entrar en los detalles sutiles, pero importantes.
Lo peor de estos tertulianos fanatizados es que son capaces de ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio.
Y qué me decís cuando «l@s tertulian@s de política» son las mismas caras de los que hablan de la mal llamada prensa del corazón??? (y cuando no, les escriben los libros… you know…) o al revés, tan pronto están coemtando en los programas de la mañana y a la noche… en programas del corazón intentando poner un punto de seriedad a sus temas insuslos…eso sí que es repugnante…. a ver luego quién se los toma en serio…
Aunque puestos a criticar, hay «tertulian@s de política» que en la tv se comportan como personajes de ciencia ficción con sus extravagancias y griteríos varios… y no, no voy a dar nombres… admito sugerencias… 😉
Por cierto, que la página para votar no tiene desperdicio… jaja… divertidísima! La gente tiene una imaginación tremenda!
@fermex, yo iría aún más allá. No sólo habría que buscar opinadores no afiliados, sino expertos en cada uno de los temas para enriquecer el debate y conseguir una opinión pública mejor formada. Sin embargo, es algo que no interesa ni a los medios ni a los partidos políticos.
@rvr, si se calculan 300 tertulianos, se me ocurre preguntarme cuántas tertulias distintas existirán en este país. Porque se me ocurrren varios que frecuentan dos -y hasta tres- debates distintos. 🙂
@d’hubert, precisamente esa es la crítica central del artículo. 😉
@eowyn, no quise entrar en ese asunto deliberadamente, porque sería irnos directamente al absurdo. Por cierto, ¿por qué ideas has votado? 🙂
FElicidades por tu nuevo formato, esta muy chulo.
Saludos.
Victor
Gracias por el cumplido, Víctor.
Saludos y un abrazo a Eva. 😉