Timelapse
Subió a la azotea del edificio. Desplegó el trípode, le acopló el equipo y enfocó la rotonda que daba comienzo a la gran avenida por la que transcurriría el desfile. Cuando, a lo lejos, vio aparecer la comitiva, programó su cámara para que tomase una fotografía cada diez segundos, comprobó el encuadre y el enfoque y pulsó el disparador. Acto seguido, se colocó sus auriculares y se dispuso a esperar.
Cinco minutos más tarde, ya todo había acabado. Recogió el equipo y se marchó. Su satisfacción fue mayúscula cuando, ya en el estudio, al visionar las imágenes, comprobó que había capturado –a velocidad acelerada– cómo era asesinado el flamante presidente del Gobierno.
Sin embargo, nadie más pudo nunca ver esa secuencia: la única bala mortal había sido disparada desde la misma azotea en la que él tomaba sus fotos.
buen relato, le felicito, saludos, soulheroes.com
¡Gracias! 😉
Mis respetos! Excelente!