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Descubriendo a Gerald Durrell

viernes, 23 octubre 2009

Este año me había propuesto leer más libros que en 2008. Sin embargo, las 23 obras que he terminado hasta este momento –y pese a ser más de lo que mucha gente lee al año–, sólo supera en un ejemplar la mitad de los libros que devoré el año pasado. Leer requiere tiempo y disciplina y yo, en estos últimos meses, ando bastante escaso de ese último ingrediente.

Mi_familia_otros_animalesPara tratar de salir de esta situación –y como ninguno de los volúmenes que se acumulan en la montaña de pendientes me seducía–, hace unas semanas, se me ocurrió pedir a través de Twitter sugerencias de lecturas. La respuesta no se hizo esperar y, gracias a Angie, descubrí la obra autobiográfica de Gerald Durrell.

Con un estilo muy peculiar –mezcla de humor, ironía e inocencia–, el escritor y naturalista británico, inicia en Mi familia y otros animales, la narración de cómo, liada por su hermano Larry, la familia Durrell decide fijar su residencia en la, por aquel entonces, remota y desconocida isla de Corfú, donde el autor comenzaría a desarrollar su pasión por la naturaleza.

A caballo entre el costumbrismo y el anecdotario humorístico, Durrell consigue que el lector sea capaz de imaginar sin esfuerzo alguno las consecuencias del desembarco de una peculiar familia británica –mamá Durrell y sus cuatro hijos– en el Corfú de 1935.

El inicial choque cultural y de costumbres entre los recién llegados y los habitantes de la isla, pronto dará lugar a innumerables anécdotas que, narradas desde la perspectiva de un niño de doce años, llevan al lector a preguntarse si los animales de esta historia son los que se dedica a estudiar el joven Gerald Durrell durante sus frecuentes excursiones por la isla o, por el contrario, serán los miembros de la familia y la interminable lista de estrafalarios personajes –de muy diversas nacionalidades– que van desfilando por su casa.

Debo decir, además, que a pesar de haber llegado a mis manos en un momento en el que, como ya dije más arriba, estoy dedicando poco tiempo a la lectura, devoré sus casi 370 páginas en apenas cuatro días, lo que indica que, además de divertido e ingenioso, es muy entretenido.

Tanto es así, que un ejemplar de Bichos y demás parientes, segunda parte de esta peculiar trilogía de Corfú, lleva unas semanas instalado en lo más alto de la montaña de lecturas pendientes. Pronto caerá.

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3 comentarios leave one →
  1. sábado, 24 octubre 2009 8:42 pm

    Gerald Durrell es uno de mis autores favoritos. Mezcla, de forma magistral, ciencia y humor. Si tienes ganas, una vez termines su triología de Corfú, que es desternillante, leete «El pájaro burlón». Deliciosa.

  2. domingo, 25 octubre 2009 12:39 am

    @dra Jomeini, apuntado queda. Gracias 😉

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