Un aniversario olvidado
Esto empieza a ser verdaderamente preocupante. Hace dos días –el Viernes Santo, para más señas– esta bitácora cumplió ocho años de vida. Pero, inexplicablemente, se me olvidó por completo. Para mi desazón interna, el hecho de tener el blog prácticamente abandonado desde prácticamente no recuerdo cuándo hace tiempo que dejó de atormentarme. Sin embargo, no sólo dejar pasar acontecimientos sin escribir ni una sola línea acerca de ellos, sino sin ni siquiera recordar que se estaban produciendo, a pesar de que hasta hace muy poco eran citas obligadas, sí que acaba de disparar todas alarmas en mi mente.
Porque eso indica que mi desordenada no-vida tiene que estar tocando fondo. Lo bueno es que, una vez llegas a lo más profundo, sólo puedes volver a subir.
Sin embargo, esta vez no voy a prometer que intentaré por todos los medios recuperar el ritmo de actualización de los primeros años para tratar de aparecer por aquí todos los días. O, al menos, una vez a la semana. Ni tan siquiera una vez al mes. No. Estoy demasiado cansado y sé que sería hacer un paripé.
El pasado viernes, hace dos días, Un canario en Madrid cumplió ocho años y yo, que durante todo este tiempo he tratado de cuidarlo y hacerlo crecer de la mejor manera posible, lo olvidé. Y tengo que asumirlo. Este blog, estoy seguro de ello, seguirá vivo para cumplir muchos años más. Pero hoy, a diferencia de lo que he podido hacer de aquí para atrás, no estoy en disposición de asegurar lo fuertes que serán sus constantes vitales. Pero eso es lo que hay.
Agridulce aniversario.
[Fotografía de jgojtan/Pixabay]