Coca Cola y la infancia perdida
Después de varios años recibiendo correos electrónicos con powerpoints que repasan, con mejor o peor fortuna, muchos de los elementos que conforman los mitos de los que vivimos nuestra infancia durante los años ochenta, por fin, a una agencia de publicidad se le ocurrió la brillante idea de trasladarlo a un anuncio. Seguramente, el creativo pertenecerá a esa generación y habrá vendido como propia la idea que, una mañana, apareció en su bandeja de entrada.
La marca anunciada, como no podía ser de otra manera, es Coca Cola. Y es que la filosofía de esas cadenas de correos que nos vamos pasando casi todos los internautas que, más o menos, compartimos generación -porque tengo que confesar que de todo lo que nombran en el anuncio, a mí, Orzowei me coge un poco lejos-, aunque nos pueda pesar, encaja perfectamente con la de los anuncios que habitualmente produce la marca. De hecho, «la chispa de la vida» es otro de los iconos de esa época. También me coge algo lejos lo de las vacaciones en Alicante, pero eso va a ser por lo de vivir en Canarias.
Sin embargo, echo de menos algunos personajes que marcaron los años de nuestra más tierna infancia, que pueden ir desde la malvada Diana de V, engulléndo una rata, hasta al repelente Naranjito o la Abeja Maya, pasando por Espinete y Don Pimpón, Epi y Blas o la memorable actuación de una desconocida cantante italiana en el fin de año de 1987 y que, tras la misma, dejó de ser tan desconocida. En mi colegio, fue tema de conversación durante todo el mes de enero.
Y es que, tanto los que ya han entrado, como los que rozamos la treintena con algo más que la punta de los dedos, posiblemente nos hemos convertido en las últimas generaciones que han disfrutado de una verdadera infancia, en la que se podía jugar en la calle, sin miedo de que pudiese pasar nada y teniendo verdaderos amigos.
Pero el tiempo pasa y ahora esa infancia perdida se usa como reclamo publicitario, ya sea para vender una serie de dibujos animados de Érase una vez…, como para anunciar Coca Cola.
Desde luego, ya no respetan ni los mitos infantiles.
boys boys boys!
rebovina rebovina dale al pause ahí ahí…. 😉
(poster de teleindiscreta y Pronto incluidos)
Gracias Sabrina!