Mil cámaras
Desde que me convertí en usuario más o menos habitual del metro de Madrid, hace ya casi cuatro años, siempre me llamó la atención el uso que hacen de las papeleras de las diferentes estaciones para ofrecer mensajes útiles a los usuarios de este medio de transporte. Algunos de los más habituales son «Le recordamos que está prohibido fumar el toda la red de metro» o «Para comunicarse con el personal de la estación, utilice los interfonos amarillos». Sin embargo, a mí siempre me ha llamado la atención el que advierte de que más de mil cámaras velan por nuestra seguridad.
Sobre todo, porque esa sensación es más que falsa. Seamos sensatos, ¿quién va a poder estar atento las 24 horas del día a mil cámaras? ¿Cuánta plantilla se necesitaría para que esa frase fuera estrictamente cierta? Otra cosa es que graben las imágenes y se pueda acceder a ellas en caso de que sea necesario, que, casi con total seguridad, es lo que harán.
Pero lo que está claro es que, con ese mensaje, no hay quién se quite de encima esa sensación de Gran Hermano cada vez que se encuentra con la papelera que luce el cartelito en cuestión.

"Más de mil cámaras de T.V., velan por tu seguridad".
Y es que, además de pensar que todos y cada uno de tus movimientos pueden estar siendo minuciosamente observados por el personal del metro, uno no puede dejar de preguntarse por qué «T.V.» lleva un punto entre la «T» y la «V», por qué las dos letras están escritas en mayúsculas o por qué hay una coma entre el sujeto y el verbo.
Porque, puestos a pensar, da muy mal rollo transitar por esos pasillos con el techo tan bajo, en los que, a medida que te acercas, parece que vas a acabar golpeando con la cabeza alguna de esas mil cámaras –que, creo recordar, dieron título a una película que yo nunca vi–. En fin, que desde que uno lee ese cartel se siente tan observado en los túneles del metro como un vulgar protagonista de Gran Hermano.
Pero del Gran Hermano de Orwell, aquél que controlaba a todos y cada uno de los personajes de 1984 en todos y cada uno de los momentos de su vida. Aunque, ahora que lo pienso, más de uno (y dos) de quienes que me encuentro cada día en los pasillos del metro son carne del programa de Mercedes Milá.
Y ellos, encantados de serlo.
Es que las cámaras no son de televisión… son de Tremendo Viaje #LOL
@Kailos, ya sabía yo que lo que te ahorrabas viajando en low cost tenías que invertirlo en algún sitio. 😉