Mordiendo el fruto prohibido
Tras mucho tiempo madurando la decisión y después de dos meses de espera (estaban agotados en los pocos comercios que lo venden en Gran Canaria), hoy, al fin, mordí el fruto prohibido (sí, la manzanita de Apple) y, aunque aún no lo he encendido, ya estoy como un niño con zapatos nuevos.
Después de toda una vida (informáticamente hablando se entiende), fiel al señor Gates, primero con MS-DOS y luego con Windows, lo cierto es que saltar a un entorno completamente nuevo y desconocido me produce cierto vértigo y bastante respeto. Sin embargo, no conozco a nadie que se haya arrepentido del paso, estoy convencido de que con los consejos de unos cuantos amigos y el taller de iniciación que, al igual que hace la Apple Store de Madrid, me regala Banana Computer la experiencia no será nada dura.
Así que ya lo saben, vaqueros: hay un nuevo maquero en la ciudad.
Por cierto, que el Friki lleva toda la tarde insistiendo en que esta versión de esta canción es la más adecuada para poner música a esta entrada. Como llevo bastante tiempo sin hacerle caso, en esta ocasión no me ha quedado más remedio que atender a su petición. Lo siento mucho.
La vida es así. No la he inventado yo.
Junco, Jardín prohibido, 1991 (versión de un original de Sandro Giacobbe, 1975).
Pues, ya sabes, Dios Gates te va a expulsar del Edén Windows!!!!!
@D’Hubert, ahora que me voy a hacer fanboy de Apple, rendiré culto a Dios Jobs en el Edén Mac. Lo de Windows siempre ha sido, más bien, un purgatorio (cuando no directamente un infierno). 😉