No me apures, Enriqueta
Hace unos días, hablaba por teléfono con mi abuela, cuando –ahora mismo no recuerdo exactamente a cuento de qué– me soltó una de esas frases socarronas que solía recitar su padre y que yo nunca le había escuchado. Como además de parecerme graciosa hace ya bastante tiempo que no comparto ninguna, por aquí la dejo a modo de cierre de este extraño mes de julio:
No me apures, Enriqueta
que el tiempo lo determina,
porque ya la Peregrina,
le cortó el rabo al Cometa.
De donde yo deduzco que la tal Enriqueta andaba metiendo prisa a su novio, que es el que habla, para casarse, algo a lo que él no estaba muy dispuesto, sobre todo después de ver que, probablemente tras la boda, una mujer llamada Peregrina había atado en corto a alguien conocido como el Cometa. Lo más probable, además, es que todos estos personajes y la situación fueran reales y conocidos por mi bisabuelo en la época en la que solía recitar estos versos.
En cualquier caso, esta es la interpretación a la que he llegado. Si a alguien se le ocurre otra mejor, tiene los comentarios a su entera disposición.