Una Vuelta en la Gran Vía
Madrid, como todas las grandes ciudades, tiene una cierta tendencia a sorprenderte cuando menos te lo esperas, circunstancia que acabas echando de menos cuando pasas algún tiempo fuera de ella. Porque, en pocas ciudades del mundo pueden suceder cosas como que, cuando el pasado domingo te acercabas a una de sus más emblemáticas arterias –pongamos la Gran Vía– desde otra de sus calles más importantes –imaginemos Alcalá–, te encontrases con el pelotón de la vuelta ciclista de turno –supongamos la Vuelta Ciclista a España 2011– apurando los kilómetros finales de su última etapa.
Cierto es que sabía que Madrid acogía ese día el final de la competición, pero no pensaba que el recorrido de la etapa abandonase su habitual trazado del eje Prado-Recoletos-Castellana, para desviarse hasta la Gran Vía.
Pero, el caso es que al llegar a la confluencia entre ambas calles allí estaba el circuito, con el pelotón acercándose desde Cibeles a una velocidad endiablada, en medio de los aplausos del no demasiado público que ocupaba ese tramo del recorrido.
Si soy sincero, tengo que reconocer que me resultó un tanto curioso encontrarme con esta competición en vivo, el mismo año en el que se habla de volver a llevarla a Canarias, 24 años después.
Debido a que, como señalé antes, había bastante poca gente en ese punto del recorrido, pude ver las tres últimas vueltas al circuito desde primera fila y aprovechar para sacar unas cuantas fotos, como las que ilustran esta entrada. Lástima que no me traje la réflex, pero, aún así, creo que entre tantas ráfagas salió alguna toma decente.
Sin embargo, una de las cosas que más llama la atención es la gran cantidad de vehículos que forman la caravana. Entre Guardia Civil, televisión, coches de la organización, motos, el propio pelotón y los todos los coches de los equipos, la comitiva es mucho más larga (e impresionante) de lo que parece por televisión. Imagino que si vuelve a las podremos comprobarlo en directo, aunque no estoy muy seguro de que este sea el mejor momento…
Por cierto, que unas horas más tarde, cené con una buena amiga en un restaurante, justo enfrente del lugar en el que tomé las fotos, una hamburguesa que estaba de muerte. Si tienen ocasión, no se la pierdan.
Está guapo lo que escribes. Me ha gustado.
Muchas gracias, @Mary 😉