Indeciso y pesimista

Viendo la situación de degradación política que, en general, vive Canarias en los últimos tiempos, uno no puede dejar de hacerse varias preguntas. Una de ellas es si merece la pena ejercer el derecho al voto en estas circunstancias. La respuesta tiene que ser que sí. Es justo en este tipo de situaciones cuando más necesario se hace alzar nuestra voz. Claro que a esta cuestión le sigue otra mucho más peliaguda: ¿a quién votar? Porque cuando hay fundadas sospechas sobre la práctica totalidad de los partidos políticos uno ya no sabe qué pensar.

 La necesidad de aclararme me ha llevado a romper uno de mis principios personales, esto es, a acudir por iniciativa propia a un acto más o menos electoral. Y contarlo aquí, me hace romper otro: no hablar de política, al menos en este blog.

Esta tarde Juan Fernando López Aguilar acudía a Madrid a presentar su candidatura a la Presidencia del Gobierno de Canarias. Lo hacía en la Casa de Canarias, justo detrás del Congreso de los Diputados. Me enteré a última hora y, por curiosidad, por algo de nostalgia y porque, en los ocho meses que llevo viviendo en Madrid, nunca había estado en la Casa de Canarias, me fui para allá.

Tengo que reconocer que no fue un mitin al uso. Se trataba de un acto organizado por una institución y no por el partido, por lo que, más bien, se parecía a una conferencia, lo que es de agradecer. Tras una breve exposición, se convirtió en un diálogo con el abundante público presente. Personalmente, me sentí trasladado, nueve años atrás, a alguna de sus clases en la antigua Facultad de Ciencias Jurídicas de la ULPGC, cuando Derecho todavía se estudiaba en las destartaladas aulas de La Granja, al ladito del Materno.

Siempre he admirado a López Aguilar como docente. Me llama la atención que, aún como político, con cuyas ideas se puede estar de acuerdo o no, sigue manteniendo ese tono didáctico, como si estuviese dando una clase magistral -sin llevar ni un papel en la mano- al electorado. Sin embargo, lo que dice, muchas veces se queda en vaguedades. Como todos los políticos.

Tal vez ese tono didáctico, el diálogo y el hecho de que más que un mitin, pareciera una conferencia me permitan fingir que no he roto el compromiso de no acudir a actos electorales y, por tanto, tampoco he escrito sobre política. Ya he solicitado el voto por correo. Sin embargo, sigo igual de indeciso que ayer. Todavía no sé a quien votar, porque con la injusta ley electoral que rige en Canarias no hay esperanzas de que, por el momento, el panorama vaya a cambiar.