Como las cajas de turrones
Últimamente tengo la sensación de ir de fiesta en fiesta. Apenas llevo cinco dÃas en Gran Canaria y ya mañana, con las primeras luces del alba, cojo a mi abuela y el coche, cargadito de paquetes, camino del ferry de Armas con destino a Fuerteventura y la misión de abastecer a mi hermano.
La historia se resume en que mi hermano está viviendo en Fuerteventura desde hace apenas diez dÃas. El motivo: que se presentó a las oposiciones de secundaria en junio-julio de 2006. Aprobó, pero se quedó sin plaza. La ConsejerÃa de Educación, en lugar de asignar a todos los que compartÃan esa situación las primeras interinidades disponibles, decidió esperar un año para abrir el proceso por el que incluirlos en las listas de reserva. Aún sin publicarse esas listas, le envÃan un mensaje al móvil diciéndole que tiene que irse pitando para Fuerteventura, donde se pasará el curso enterito.
Asà que, como casi se fue con lo puesto, aprovechamos unos pocos de mis dÃas de presuntas vacaciones para llevarle algunas cosillas que le puedan hacer falta. Además, como el sábado tenemos boda, ya puestos, se viene para Gran Canaria conmigo y se pasa por aquà el fin de semana. Justo esas cosas que yo no puedo hacer desde Madrid.
Personalmente, una vez que ya esté todo instalado y mi abuela haya acabado de cocinar, pienso agarrarla a ella y a su tumbona y pasarme el mayor tiempo tumbado en la arena, cual lagarto bajo el sol, en la playita. Ahora sÃ, espero que descansando y suspirando por quitarme el complejo de turronero. Por quedarme quieto en un sitio.
Serán tres dÃas de paz y tranquilidad. Tres dÃas sin correo, sin comentarios, sin estadÃsticas, sin blog… en una palabra: sin internet. Desconexión total. Pero que no sufran mis fieles lectores –si es que tengo alguno–, porque gracias a las maravillas de la técnica del señor WordPress, que permite dejar programada la publicación de las entradas ya escritas, podrán seguir disfrutando de su ración diaria de Un canario en Madrid.
Mientras tanto, yo estaré haciendo lo que más me gusta: nada.