Concursos de noche
Leía hace un par de noches, recostado en el sillón, cuando, al levantar la vista del libro, me di cuenta de que el televisor estaba encendido. En él, una chica se desgañitaba pidiendo a los espectadores que llamaran y le dieran la respuesta correcta a una pregunta muy sencilla y que, para ser sincero, ya no recuerdo. El premio, en caso de acertar, 12.000 euros. O, como ella casi gritaba, dos millones de las antiguas pesetas.
El caso es que la solución al juego era más que evidente. Sin embargo, nadie entraba en antena para decirla, a pesar de que la chica insistía en proclamar que las líneas estaban abiertas. Claro que, en eso consisten estos programas: en poner una pregunta muy sencilla para incitar a los incautos a llamar, animados casi siempre por una chica muy atractiva que, enfadada porque nadie llama, aumenta la cuantía del premio cada vez más.
Sin embargo, la realidad es un poco más retorcida, ya que mientras ella se queja de que nadie llama delante de una croma una locución se dedica a decir a los telespectadores que casi han conseguido entrar en directo; que cuelguen y lo vuelvan a intentar. Y, por cada intento, un par de euritos que se embolsa la cadena. El timo de las televisiones locales, pero con más audiencia. No les hace falta estirar las llamadas hasta el máximo legal.
A este tipo de concursos ya se han apuntado la mayoría de las televisiones comerciales de España, tanto en analógico como en digital. Cuando la madrugada amenaza con instalarse en la noche, es muy fácil encontrarlos en Antena3, Telecinco, Cuatro y La Sexta, el canal generalista a quien debemos el honor de su introducción en las cadenas de ámbito estatal, si mi memoria para datos inútiles no me falla. Llegado a ese punto, no pude evitar acordarme de la presentadora borracha. Con toda probabilidad, uno de sus primeros picos de audiencia en cualquier franja horaria.
Mientras pensaba todo esto, la pobre chica seguía intentado que alguien contestase a su pregunta. Pero nadie llamaba. Por un momento tuve ganas de descolgar el teléfono, llamar, darle la solución correcta y acabar así con su agonía. Y, en ese momento, lo hice.
Me levanté, apagué el televisor y me fui a la cama. Era ya muy tarde.
Hola, es evidente que finje la borrachera…. oye y tu a que te dedicas? yo ? yo hago de borracha por la tele e intento timar a la gente con insomnio… bueno….Saludos
Marta, no sé qué decirte. Me consta que la chica dejó de «aparecer» en pantalla después de estos incidentes y había algunos vídeos (que ya no están colgados) en los que la borrachera era más que evidente. Claro que también hay que entenderla: un canal recién nacido que no ve nadie… cualquiera no se emborracha para superar la depresión. 😉 Saludos.
La sexta se enriquece mandando porquerías que humillan a España.
http://sinblancaporelmundo.wordpress.com/2008/03/09/chikilicuatre-o-la-verdadera-espana/