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Desayuno con diamantes

sábado, 29 marzo 2008

Me pregunto cuántas veces habré visto Desayuno con Diamantes. ¿5? ¿6? ¿Y la escena final? ¿12? ¿15? Eso por no hablar de las incontables ocasiones en las que he escuchado Moon River, el tema sobre el que gira toda su banda sonora. Sé que nunca me cansaré de ver la película ni de escuchar la canción, indisolublemente ligada a la cinta y que suena mientras escribo estas líneas.

Eso lo sé porque cada vez que veo a Audrey Hepburn, en la piel de Holly Golightly, con una tiara y enfundada en un vestido negro de cóctel de Givenchy, llegar a la puerta de Tiffany’s con unas galletas y un café en sus manos, me siento incapaz de apartar los ojos de la pantalla. Es el comienzo de Desayuno con Diamantes.

Desde que Hepburn -o quizá sea la alocada Holly- aparece en escena, te subyuga, impidiéndote dejar de mirarla, tal y como le ocurre a Paul Varjak, personaje interpretado por George Peppard -que para los que nos criamos en los ochenta siempre fue el John ‘Hannibal’ Smith del Equipo A-. Y es que la Holly de la película, a diferencia de lo que ocurre con el personaje de la novela de Truman Capote, consigue meterse a todo el mundo en el bolsillo, sin que su peculiar estilo de vida sea objeto de especulaciones acerca de su moralidad, puesto que en el fondo sigue siendo la frágil e inocente Lula Mae.

Bueno, miento al decir que Holly consigue encandilar a todo el mundo, ya que hay una persona que no puede soportarla, el fotógrafo japonés Mr. Yunioshi, personaje caricaturizado por Mickey Rooney, en lo que constituye, quizá, el único elemento desafortunado de la película, pero que, por fortuna, no consigue desmerecer en absoluto el resultado final.

La cinta está repleta de momentos memorables. Uno de los más intensos, cuando Audrey Hepburn canta Moon River, sentada en la ventana. Al parecer, en la novela canta una canción totalmente distinta, sin embargo Henry Mancini y Johnny Mercer se empeñaron en componer esta pieza para que la cantase Hepburn. Ella no tenía grandes cualidades vocales, por lo que la canción se cantaba en una sola octava. Y, sin embargo, la suya es la mejor interpretación que he escuchado nunca. Supongo que es ahí, viéndola tocar la guitarra -dicen que, incluso, aprendió a tocar los acordes-, cuando Paul, que por aquel entonces ya es Fred, se termina de enamorar de Holly.

A pesar de la intensidad de la mirada de Hepburn en esa escena, yo me quedo, sin dudarlo, con el final. Porque, cada vez que Holly corre por el callejón en busca del gato y repara en Paul, antes de que el gato, escondido en una caja, maúlle, por más que sepa que ella lo va a abrazar y acoger bajo su empapada gabardina para luego fundirse en un beso con Paul, mientras suena una versión coral de la omnipresente Moon River, no puedo -ni quiero- evitar que una lágrima acuda a mis ojos y se me ponga la piel de gallina.

Ésta es una de esas cosas que, por ser demasiado personal, no debería contar aquí, pero que sé que, más tarde o más temprano, en un momento de debilidad, acabaré contando. Porque Desayuno con diamantes, junto con Arsénico por compasión, Con faldas y a lo loco y Doce hombres sin piedad, es una de mis películas favoritas. Una de ésas que nunca me cansaré de ver y cuyos dvds guardo como auténticos tesoros.

Hoy le tocó el turno a la obra de Blake Edwars. De las otras, hablaré otro día.

Más información sobre Desayuno con Diamantes en IMDB, Film Affinity y Wikipedia (en español y en inglés). Y, como propina, un montaje con algunas de las secuencias más significativas de la película. Puede verse gran parte de la escena final, aunque sin el audio original, a partir del minuto 2:12:

5 comentarios leave one →
  1. Sargento de artillería Highway permalink
    domingo, 30 marzo 2008 11:52 am

    Tal vez todo hubiera sido diferente con Marilyn Monroe y/o Steve McQueen en los papeles protagonistas, ¿no crees? Imagínate a Holly a lomos de una TT Special Triumph 650…

    😀

  2. domingo, 30 marzo 2008 2:39 pm

    Mejor dejamos el mito como está, ¿no crees? 😉

  3. Marta permalink
    lunes, 31 marzo 2008 7:14 am

    Hola! Hepburn es la adecuada para esta película que también está a la cabeza de mis favoritas. Felicidades por el post

  4. lunes, 31 marzo 2008 1:18 pm

    Es que yo no soy capaz de imaginar la película sin ella. Gracias, Marta.

  5. martin permalink
    domingo, 3 agosto 2008 8:52 pm

    hola quisiera saber quien canta desayuno en japon o si real mente se llama asi la cancion por fabor respondanme

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