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El instinto del periodista

miércoles, 9 abril 2008

El verdadero periodismo se lleva en la sangre. Esta verdad absoluta era conocida por Hildy Johnson cuando comunicó a Walter Burns, el director del Chicago Examiner, su decisión de abandonar el periódico para casarse, lo que significa que abandonará el ejercicio de la profesión periodística. Para su desgracia, también Burns conocía esta verdad. Es el comienzo de la película Primera Plana.

Jack Lemmon interpreta a Hildy Johnson, un periodista que, aunque pretende renegar de su profesión, no puede sustraerse a los encantos de una gran exclusiva. Cuando la encuentra, mientras escribe la historia que ocupará la primera plana del día siguiente, el embriagador repiqueteo de los tipos golpeando el papel lo eleva a un estado de febril actividad que roza el éxtasis. Hasta su prometida, Peggy Grant (una jovencísima Susan Sarandon) se convierte en una sombra borrosa. La realidad se desvanece. El periodismo corre por sus venas.

Walter Burns, a quien da vida Walter Matthau, ya sabía que su reportero estrella no iba a abandonarle. Y menos el día antes de la injusta ejecución de un desequilibrado que había matado a un policía. Cuando Hildy llega al juzgado, donde piensa despedirse de sus colegas, descubre que Earl Williams (Austin Pendleton) ha escapado. Hay que averiguar cómo y tratar de encontrarlo antes que la incompetente policía, bajo las órdenes de un sheriff corrupto. Su instinto periodístico se desata.

La forma de actuar de Hildy contrasta con las de sus colegas. Él prefiere observar de lejos y descubrir qué ha pasado en los pequeños detalles. Llevarse bien con todo el mundo le permite saber cosas que sus colegas no saben. Ellos prefieren tergiversar las mentiras del sheriff y exagerar las actuaciones policiales hasta el absurdo. No importa mentir si con ello se consigue aumentar la tirada. Todos quieren ser los primeros en sacar la edición con la mejor historia.

Hildy Johnson no es ajeno a estas prácticas, sino que es el primero en ponerlas en práctica. Su consejo al inexperto redactor, recién salido de una universidad que ni él ni sus colegas pisaron jamás y que, en teoría, debía sustituirle lo dice todo: «nunca te fíes de un colega». Por eso mismo, sus colegas, periodistas de sangre como Hildy, no se fían de él. Y hacen bien, puesto que hace rato que Hildy sabe donde está Williams.

Lo que sucede después -el salto al vacío de Mollie Malloy (Carol Burnett), la llegada de Burns a los juzgados, el engaño a Besinger para conseguir que no descubra el escondite de Williams, la discusión con el sheriff Hartman y su encarcelamiento, donde descubren que Williams había sido indultado- no viene sino a corroborar que, en última instancia, a Hildy Johnson le preocupa más su trabajo que su futura boda. Y todo ello magistralmente contado por un genio como Billy Wilder.

La conclusión a la que llega Wilder, que había trabajado como periodista, es que el periodismo no es un trabajo, es una forma de vida. Se lleva en la sangre. Y eso, muy a su pesar, lo sabe Hildy Johnson. No en vano, estaba en el lugar adecuado en el momento oportuno. Y por ello, el Examiner será el único rotativo que dé la noticia del indulto a Earl Williams. En el fondo, la primicia es lo que cuenta. El mejor es el que da una exclusiva a cinco columnas en primera plana.

Ante eso sólo queda decir «¡Paren las máquinas!».

The Front Page

Más información sobre Primera Plana en Film Affinity, IMDb y Wikipedia (en inglés).

4 comentarios leave one →
  1. teniente d'hubert permalink
    jueves, 10 abril 2008 8:36 am

    Vaya, leyendo tu comentario me he acordado de esta otra peli…

    http://www.elmundo.es/1999/05/07/cultura/7N0144.html
    http://es.wikipedia.org/wiki/Cr%C3%ADmenes_Verdaderos

    Al final, es verdad y todo en el cine ya está inventado

  2. Marta permalink
    jueves, 10 abril 2008 1:23 pm

    Querido Ruymán, esas son de las pelis de «sofa+colacao»… me encantan. Y eso que a mi personalmente el periodismo me deja fría, será que me parece más como tu dices una droga que un trabajo. Yo en la ofi necesito tranquilidad y no estar pensando si mi companero me va a pisar para tener la exclusiva en vez de tenerla yo… en fin, demasiado estrés y estupendo para el que lo quiera para sí. Me encantan las pelis de Wilder. Gracias por el post

  3. La Cibeles permalink
    viernes, 11 abril 2008 8:18 pm

    …» el periodismo no es un trabajo, es una forma de vida»…

    🙂

  4. viernes, 11 abril 2008 11:06 pm

    Vamos a ver… es que el periodismo absorbe de tal manera que tiene que apasionarte. Si no, no hay quien lo soporte. 😉

    Y, por cierto, D’hubert, no me mezcles churras con merinas.

    Feliz fin de semana a todos.

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