Se me acumulan los temas
Últimamente se me acumulan los temas de los que quiero escribir. Algunos, incluso, se me caducan en la nevera, esperando la oportuna cocción. Pero, entre el calor, el lío permanente en el que vive la economía de este país o las actividades –planeadas o no– que me están surgiendo estas últimas semanas –acabo de llegar de ver la última función de la temporada de 40 el musical y la semana pasada hice lo propio con Chicago–, apenas tengo tiempo ni fuerzas suficientes para sentarme a escribir.
Tras esta –obvia– confesión, pensaba hacer acto de contrición una vez más y prometer retomar el ritmo habitual esta próxima semana. Pero, justo a primera hora de la tarde del pasado viernes me surgió un plan que, si bien puede darme temas para un par de entradas –uno no tiene la oportunidad de volar en un Airbus 380 todos los días–, casi con total seguridad, va a hacer que siga ausente durante gran parte de la semana que ya empieza.
Lo malo es que si este blog fuera una religión, probablemente ya me habría excomulgado.
R.E.M. Losing my Religion, 1991.