Chicas chalet, 24 horas

Ayer, a pesar del calor y de que se me hacía algo tarde, decidí probar una nueva ruta alternativa para ir andando desde casa hasta el periódico, pasando por algunas de las calles cercanas a la de Arturo Soria, una zona de bastantes chalets con jardines y algo pija, que, salvando las distancias, podríamos asimilar a la Ciudad Jardín de Las Palmas de Gran Canaria.

Al pasar por delante de uno de estos chalets, rodeado de unos muros bastante altos para que no se vea el interior del jardín, me llamó la atención ver pegados en la puerta de entrada un par de carteles, hechos con folios a los que se les recortan unas tiras para arrancar y que contienen un teléfono de contacto, de esos que se usan para buscar un compañero de piso en los tablones de la Facultad o mostrar en las marquesinas de las paradas de guaguas la disposición para cuidar niños o ancianos. Sólo que, en esta ocasión, no era nada de eso lo que se anunciaba.

Porque, si mi vista no me engañó –ya digo que andaba bastante rápido–, junto al número de teléfono los carteles rezaban algo así como: “Chicas chalet, 24 horas”.

Como decía, se me hacía tarde, así que en lugar de darme la vuelta pensé en repetir hoy la ruta para comprobar que, efectivamente, era eso lo que ponía en los carteles. Sin embargo, apenas 24 horas después, los papeles ya no estaban. En su lugar, una cinta con el logotipo del Cuerpo Nacional de Policía precintaba la puerta de acceso a la finca.

Para que luego digan que las Fuerzas de Seguridad de este país no son efectivas.

[La fotografía del cartel la encontré aquí]