Una eternidad de soledad
«El día en que lo iban a matar, Santiago Nasar se levantó a las 5.30 de la mañana para esperar el buque en el que llegaba el obispo.»
Gabriel García Márquez, ‘Crónica de una muerte anunciada’.
Si viven en el planeta Tierra, a estas alturas del Viernes Santo ya es prácticamente imposible que aún no se hayan enterado de que ayer fallecía a los 87 años Gabriel García Márquez, uno de los escritores latinoamericanos más importantes de los últimos cien años.
Aunque en las últimas horas su figura ha sido una de las más comentadas en Twitter y mi muro de Facebook se ha llenado de cientos de referencias a sus obras –hoy he leído tantas veces el comienzo de Cien años de soledad que, si no me lo supiera de antes, ya lo habría memorizado–, no quería dejar de recordarlo aquí, donde, a diferencia de la efímera vida que proporcionan las redes sociales, permanecerá durante muchos años.
Y, sobre todo, ahora que comienza el primero de los cien años de una eternidad sin García Márquez, no podría dejar de agradecerle haber incluido a Canarias en un rinconcito de un libro que muchos –a quienes no soy nadie para contradecir– han calificado como el Quijote del siglo XX.
Gracias y hasta siempre. En tus libros te recordaremos.
[La fotografía la encontré en la página oficial de Facebook del escritor]