Tribulaciones del escritor novel I
Escribir tu primera novela es un proceso complicado. En primer lugar escoges un tema que tú consideras bueno y desarrollas un argumento que crees atractivo. Creas unos personajes, les das personalidad y les dices hacia donde tienen que ir.
Lleno de confianza, comienzas a escribir.
Y es aquí donde empiezan las dudas. Porque de repente el tema ya no te parece tan bueno, el argumento ha perdido todo su atractivo, los personajes van hacia donde les sale en gana y, una vez plasmados en el papel, los textos no te suenan tan bien como lo hacían en tu cabeza.
En este punto, compartes parte del material con personas de confianza en cuyo criterio confías. Te dan sabios consejos —que, por supuesto, ignorarás— y aseguran que lo que has escrito está muy bien. Pero tú no te fías. Al fin y al cabo, son tus amigos y tal vez sólo intentan protegerte. O, mucho más probable, reírse de ti.
En sólo un instante, la inseguridad se ha apoderado de ti. Bienvenido a las tribulaciones del escritor novel, una serie de reflexiones deslavazadas que he ido compartiendo por Facebook y que, de vez en cuando, aparecerán recopiladas por aquí.
Para escribir una novela hay que reírse de uno mismo. Porque no todo va a ser de sufrir.
- Número 1: ¿Banco de Vitoria (que existió hasta 2003) o Banco de Álava y Vitoria? #dudasdeescritor (23 de enero de 2014).
- Número 2: Acabo de encontrar la cita perfecta para [encabezar] la novela que estoy empezando a pergeñar y resulta que la había tenido delante de mí durante muchísimo tiempo (9 de febrero de 2014).
- Número 3: Se suponía que iba a ser un trabajo rápido y limpio, pero ya me he cargado a un tío. Y presiento que no va a ser el único (3 de julio de 2014).
- Número 4: Descubrir que el capítulo que terminaste de escribir a las cuatro de la mañana de ayer, hoy ya no te parece tan genial. ¡Malditas dudas del escritor novel! (22 de julio de 2014).
- Número 5: ¡Mierda!, le estoy cogiendo cariño a un personaje al que no debería cogerle cariño… (28 de julio de 2014).
- Número 6: Llevar desde que comenzaste a escribir la novela pensando que los capítulos te están saliendo demasiado cortos. Volver atrás para escribir uno que te saltaste en su día y darte cuenta de que ocupa ya ocho folios y aún tienes que escribir al menos dos más para terminarlo. Empezar a pensar que los capítulos te están saliendo demasiado largos (13 de septiembre de 2014).
- Número 7: Releer algunos fragmentos de lo que has escrito en estos días y descubrir que, aunque no fuera tu intención, los iniciados podrían interpretar parte de la historia en clave de vendetta. Pensar que, en ocasiones, que te traicione el subconsciente puede llegar a molar (13 de septiembre de 2014).
Y, porque todo no va ser paranoico:
- Bonus: Acaban de echarme un enorme piropo a cuenta del estilo de la novela que estoy escribiendo. Sé que no soy digno, pero me ha subido el ánimo. Y de qué manera (15 de mayo de 2014).
Cualquiera que escriba o intente escribir se verá retratado en tu post. Me has mantenido con una sonrisa en la boca todo el tiempo al leerlo.
¡Jajajajajaja, qué genial!