Se lo pasan pipa

Esta tarde he tenido la oportunidad de asistir a la emisión en directo del programa Carrusel Deportivo. Los estudios de la Cadena Ser están en la octava planta del número 32 de la Gran Vía. Tienen, por cierto, unas vistas inmejorables sobre Madrid. Hasta allí nos fuimos un grupo, bastante nutrido, de amigos, dispuestos a dejar suelto durante unas horas el friki que cada uno de nosotros lleva dentro y, sobre todo, a divertirnos y pasar una buena tarde.

No es que yo sea un gran forofo del fútbol, pero en este país -casi- todo el mundo sabe quienes son Pepe Domingo Castaño y Paco González. Además, la oportunidad de visitar una emisora de radio y ver cómo se realiza un programa en directo no debe ser desaprovechada. Es más, es una experiencia tan apasionante, al menos desde mi punto de vista, que debería pasarse por ella, al menos, una vez en la vida. En televisión, también, pero asistir a un plató destruye muchos mitos. En la radio, en cambio, la magia sigue intacta.

Además, tener la posibilidad de acudir a un programa de emisión nacional y audiencias millonarias no sucede todos los días, al menos en Canarias. Cuando alguien traslada su programa a las Islas, como ocurrió durante el pasado carnaval con Gomaespuma, te encuentras con un verdadero show. Y es recomendable asistir. Pero cuando estás en Madrid y tienes la oportunidad de ver como se hace un programa en un estudio más o menos pequeño, desde una distancia corta, entiendes qué es eso que llaman la magia de la radio.

Y eso que, al menos en Carrusel, se lo pasan en grande. Todo el equipo parece una pandilla de niños jugando a su juego favorito. Tal vez lo hacen. Las risas, comentarios, las señales al control, las puyas que se tiran unos a otros, la complicidad… muestran un ambiente muy festivo. Quizá disfrutar de la tarde sea la única forma de aguantar casi ocho horas ininterrumpidas frente al micrófono.

Una de las cosas que más llama la atención es ver cómo hacen sus famosas cuñas publicitarias, totalmente en directo y, a veces, con la ayuda del numeroso público asistente. Tal vez, la mejor forma de apreciarlo sea con imágenes. Por ello, grabé un video mientras Castaño hacía su ya famoso anuncio de Pipas Facundo –«tostaditas, saladitas, fresquitas»-, ayudado por una chica del público. Lamento que la calidad no sea demasiado buena, ya que fue tomado con una cámara de fotos. Aún así, es suficiente con imaginar el sonido de una tarde de liga cualquiera.