La ‘che’ guanche
Nunca he entendido –ni entenderé– porqué dicen los peninsulares eso de que los canarios pronunciamos la ‘ch’ como si fuera una ‘y’, es decir, que cuando creemos decir «muchacho», ellos, al parecer, nos escuchan decir algo que se parece a «muyayo». Entiendo que el seseo que empleamos al hablar les puede resultar extraño; incluso que les llame la atención la forma en la que aspiramos las ‘s’ intervocálicas y que crean que «nos las comemos».
Pero lo de la ‘ch’ no acabo de entenderlo. Cuando escucho pronunciar ese grupo de consonantes a un peninsular y a un canario, personalmente, no suelo encontrar demasiada diferencia. Por eso, me extrañé mucho la primera vez que escuché a alguien decir que los canarios en lugar de decir ‘muchacho’, lo que realmente pronunciamos es ‘muyayo’.
Y, que conste –porque no quiero herir la susceptibilidad de nadie, que me conozco el percal cuando hablamos de estos temas– que no digo que no suene así. Lo que digo es que yo apenas encuentro diferencias entre la pronunciación de un canario y la de un peninsular, más allá de la habitual de sus acentos.
Ahora bien, lo que sí que nunca había escuchado –y tampoco pensaba que iba a hacerlo en mi vida– es la justificación que me dio un compañero de trabajo el otro día para la forma en la que, al parecer, pronunciamos los canarios la ‘ch’: que era así como lo hacían los guanches. ¡Toma ya! Si los historiadores ni si quiera se acaban de poner de acuerdo en la lengua que hablaban los aborígenes –y es bastante más que probable que en cada isla se hablara un dialecto diferente–, como para saber de qué manera pronunciaban las distintas consonantes.
Después de casi tres años en Madrid, y cuando ya pensaba que estaba curado de espanto, descubro que todavía hay cosas que consiguen sorprenderme. La ‘che’ guanche. ¡Estamos bonitos!
Un día hablando con unos madrileños, llegamos a la conclusión de que en nuestra «che» lo que para ellos suena como una «y» es en realidad algo más parecido a una «ty», o lo que es lo mismo una t seguida de una y, si existiera ese fonema. Hice la prueba y es cierto que al intentar leer «mutyatyo» suena bastante más parecido a nuestra che, que el «muyayo» que nos atribuyen habitualmente, el problema es que parece que resulta más gracioso seguir picándonos con una broma que ya huele de vieja. 🙂
@Davinia, como dices, lo de la broma, de viejo ya no tiene ni gracia y no le habría dado importancia si no fuera por la justificación de que era así como la pronunciaban los guanches. Eso sí que me mató. 😉
Hola.
El problema no está en cómo lo pronunciamos, sino en cómo lo perciben ellos. No tienen el oído acostumbrado y por eso no escuchan el sonido que pronunciamos, sino que lo relacionan con otro sonido que les resulte familiar. De ahí que sustituyan la «che» por la «ye», ya que su cerebro no puede interpretarlo de otra manera.
Nosotros estamos habituados a nuestra forma de pronunciar y también a la forma peninsular, porque en los medios de comunicación el modelo es español de estilo septentrional y el canario es español meridional.
Un saludo.
Yo ya estoy curado de espanto con todos estos temas, por mi trabajo (Carrefour) coincido con muchos compañeros que los destinan a Canarias, y si bien es verdad que al principio dicen chorradas como la que cuentas, con el tiempo se dan cuenta de que no tienen base para afirmarlas.
Eso sí, cuando viajo a Madrid, me encuentro muchos casos como el tuyo…..
En fín, si nos ponemos hablar de las singularidades de cada región…….
Creo que es aventurado decir que esa «ch» tan característica venga del guanche con la información que manejamos. Pero es incierto eso de que los historiadores estén en desacuerdo en afimar el origen étnico de los guanches, que no es lo mismo que dilucidar el lugar (o lugares) exactos de donde vinieron, como, cuando y quien los trajo. Por lo que parece claro para la historia y para la filología que la identidad del guanche se entronca con las hablas bereberes del Norte de África. Un ejemplo está en la partícula femenina (típicamente bereber) de las palabras (t- -t), como T-acoron-t(e) o T-amaracei-t(e). En las islas de Tenerife y La Gomera se da la particularidad que esta t- del femenino se transforma en «Ch», como Chinguaro (Tinguaro) o Tejeleche (Chejeleche). Lo que se denomina el fenómeno de la palatización de la t. Pero vamos, ya digo, no sé que vinculación tiene eso con que pronunciemos la «Ch» en castellano de esa manera tan peculiar.
Saludos.
@Raúl, en ningún momento digo que los historiadores estén en desacuerdo en afimar el origen étnico de los aborígenes canarios, sino que no se sabe con seguridad qué lengua hablaban, aunque haya cierto consenso en afirmar que deriva del bereber. Partiendo de esa premisa, que alguien pueda afirmar -sin ningún conocimiento de filología- que la pronunciación que hacemos los canarios de la «ch» venga de ahí es, simplemente una anécdota que me apeteció compartir. Nada más. 😉
Pero vamos a ver, se conoce que la lengua que hablaban es el bereber. Otra cosa es que tipo o que variedad(es) dialectal(es) se utilizaba(n) en la antigüedad, ya que son unas hablas extintas. Pero no una lengua extinta, ojo. Y hasta donde yo sé, el consenso es absoluto al respecto de esto. No conozco a ningún historiador serio que afirme y demuestre un origen distinto. En lo demás, estoy de acuerdo contigo. Mi intención era aclarar ese detalle, porque yo al leer la entrada entendí una cosa distinta. Disculpa la perreta.
Pues yo creo que es indudable que pronunciamos la «che» de una manera más matizada y, como acertadamente dice Dolores, » no tienen el oído acostumbrado y por eso no escuchan el sonido que pronunciamos, sino que lo relacionan con otro sonido que les resulte familiar » . De todas formas aquí viene mejor explicado…
http://www.gobiernodecanarias.org/educacion/CULTURACANARIA/lengua/lengua.htm
Por mi propia experiencia, pudiera ser que este rasgo fonético le resulte, al español medio, casi tan llamativo o más que el seseo. En efecto, lo de «muyayo» o «salyiyón» son clásicos cuando uno viaja a la Península. Y no lo es tanto, por ejemplo, lo de «seresa» .
Aunque he de reconocerle a Ruymán que lo de la «che guanche» está al nivel de lo de la estación de lluvia…
https://canarioenmadrid.com/2007/08/23/la-estacion-de-lluvias/
@Raúl, es que en el fondo estamos defendiendo lo mismo. 😉
@D’Hubert, precisamente por eso digo que yo no noto la diferencia, pero no que no exista y, al margen de la bromita, que ya es más que cansina, lo que me llamó la atención fue la expliicación.
La bromita es tan cansina como la que se hace aquí en Canarias cuando por ejemplo infinidades de personas se burlan de mi acento Venezolano, poniendo un tono de voz nasal que no corresponde con mi manera de hablar y utilizando palabras que de mi boca nunca han salido porque se sabe que son utilizadas en el argot vulgar o popular de algunos sectores de población del país donde me tocó nacer, como por ejemplo: Chamo, vaina, mi amol, etc. Parece claro que la ignorancia traducida en medio para calificar a las personas, burla o chiste es una costumbre arraigada de este lado del Atlántico porque allá en Venezuela (es mi experiencia y la de mis padres nacidos y criados aquí en Canarias) lo que se intenta es entender lo que la persona quiere expresar, se intenta traducir los códigos que no se conocen y no se condena ni se califica a las personas por este motivo, es de «Toletes» jejeje!!! pensar que la manera en que hablan los tuyos es la única que existe y mucho peor es creer que es la más correcta, si a esa vamos entonces los que tendrían que mearse de la risa serían los habitantes de Castilla que tengo entendido fue el lugar donde nació la lengua que utilizamos y nisiquiera ellos se expresan de la manera en que indica la Real Academia de la Lengua. En cuanto a lo de muyayo, a mi desde niño siempre me llamó la atención la manera de pronunciar la «CH» de mi abuelo (Palmero), así que para mi es una prueba de que es cierto que aquí en Canarias la pronunciamos de una manera muy particular y que no es cosa de los peninsulares, y es sólo eso, no tiene que ver en nada con que si somos más o menos cultos. Conclusión: «Quien a hierro mata a hierro muere» es un refran y la verdad estoy tan liado ya que no se a que sitio pertenece si a Canarias o a Venezuela. Saludines
Pero quién dice eso,muchaaá!?
Pues no me parece muy descabellado que la pronunciacion de la Ch canaria tenga su origen en la pronunciación de los guanches ¿Tan difícil resultaría?
@chacho, no es que resulte difícil o no. Es que una hipótesis, para poder ser tenida en cuenta, necesita de la existencia de un conjunto de elementos que permitan determinar su validez científica. Y yo aquí no los veo por ningún lado.
Está claro que debe de ser demostrada su validez, me refiero a que no me resultaría extraño, como una suposición propia, que la ch tenga ese origen, fijémonos en la cantidad de topónimos de origen guanche que aun existen en Canarias que usan la Ch.
Pues ese peninsular puede que no estuviera muy alejado de la realidad. En las zonas más alejadas y agrícolas de las islas Canarias, las gentes tienen un habla distinta. Por ejemplo, les cuesta decir la «L» (y dicen: esparda, en vez de espalda, o cardero, en vez de caldero)
Y curiosamente, la L es una letra poco empleada en la zona del norte de Africa.
También nos encontramos con que las islas con más proporción genética norteafricana, como Gran Canaria, tienen un habla más chocante para los peninsulares. Y por el contrario, el Hierro, una isla con mucha ascendencia europea y peninsular, tiene el hablar más suave y según dice, más cercana al castellano antiguo de toda España.
Al igual que en Andalucía, lo quieran o no, su dialecto está muy influido por los árabes. El dialecto canario tiene influencias de nuestros ancestros, y seguramente sea eso lo que marque las diferencias, como pronunciar las Ch de esa forma tan suave.
Bueno, a los canarios todos los peninsulares les suenan iguales. «Acento peninsular», que se dice aquí, sin distinguir a un madrileño de un zaragozano o un catalán. Y si entramos en Andalucía, donde existen decenas de acentos diferenciados, mejor ni hablar. ¿Sois capaces de diferenciarlos? Seguramente no.
@Santiago, te aseguro que casi cualquier español es capaz de diferenciar el acento zaragozano del madrileño y del catalán, gallego o andaluz, con independencia de la comunidad autónoma que sea. Cosa diferente es que alguien que no sea andaluz no sepa detectar si su interlocutor es de Cádiz, Huelva, Málaga o Sevilla. Algo que, también le ocurrirá a alguien de fuera de Canarias con el acento de cada una de sus islas.
Si me permites que te lo diga, por el conjunto de tus comentarios me da la impresión que te estás tomando todo esto demasiado a pecho cuando no son más que pequeñas anécdotas contadas (o intentadas contar, al menos) con algo de sentido del humor.