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Detectives de la infancia

domingo, 24 junio 2007

Desde mi más tierna infancia me he sentido atraído por las historias envueltas en cierto halo de misterio, en las que hay que acompañar al detective en la búsqueda del criminal. Siempre me gustó leer historias detectivescas. Uno de los primeros libros de este género que cayó en mis manos era una recopilación de aventuras de Sherlock Holmes. Cada vez que leo una obra de este tipo trato de adelantarme a los pasos del protagonista y, al igual que el Doctor Watson, fruto de mi incapacidad deductiva, siempre acabo errando en mis conclusiones.

Desde Conan Doyle, con Holmes o sin él, hasta Allan Poe, he sido –y aún sigo siendo– consumidor de este género literario y, sin embargo, ahora caigo en la cuenta de que jamás he leído una sola novela de Agatha Christie. Y eso que en casa hay varias de las historias protagonizadas por Hercules Poirot e, incluso, es probable que alguna por Miss Marple.

Tal vez ese olvido de la que, dicen, es la reina del misterio, se debe al temor inconsciente de que sus novelas vuelvan a dejar en evidencia mis escasas dotes detectivescas. Quizá esa sea la causa de que la lectura de novelas de detectives, al igual que la lectura en general, en nuestra sociedad actual, haya sido sustituida por los detectives de la televisión, puesto que hacen el trabajo por nosotros, incluso, en algunos casos, nos desvelan el nombre del asesino por adelantado, ahorrándonos el trabajo de descubrirlo. Así, sólo hay que esperar a ver cuánto tarda el detective en cazarlo.

Porque el género de detectives, en televisión, nunca ha estado de capa caída, sino que cíclicamente se reinventa y reinterpreta, desde el desaliñado teniente Columbo o la entrometida Jessica Fletcher, hasta las modernísimas técnicas de los laboratorios del C.S.I. o la agente Lily Rush, investigando los más antiguos casos abiertos. Si me apuran, hasta el doctor House, corriendo contra el reloj, detrás de las enfermedades más exóticas, o Mulder y Scully, investigando los más inverosímiles Expedientes X.

Y, sin embargo, creo que lo me llevó a interesarme por este tipo de aventuras literarias fue, precisamente, una serie de televisión. Por eso, probablemente, el hecho de que uno de los primeros libros de detectives que recuerde haber leído sea de Sherlock Holmes no es una casualidad. Como no lo es el hecho de que ahora, ya adulto, esté adquiriendo las obras completas de este personaje para incluirlas en mi biblioteca. Porque esa serie, sin duda una de mis favoritas en mi infancia, contaba las aventuras de Holmes y Watson y su lucha contra el malvado Doctor Moriarty y sus secuaces, encarnados por animales animados.

Al leer los libros, adquirida ya una cierta madurez, me di cuenta de que el personaje literario no era tan bueno como el perro retratado en la serie, que tenía, como todo ser humano, un lado oscuro, pero eso no hizo que variase mi recuerdo. Un recuerdo unido a la Segunda Cadena, cuando sólo había dos, sentado en el sillón al llegar del colegio, mientras merendaba un bocadillo de tulip o nocilla y –no sé por qué recuerdo precisamente esto– mi madre fregaba el piso. Por ello, cuando me la he encontrado, por casualidad, en algún canal temático o, incluso, en alguna cadena local, me he llevado una enorme alegría.

Al igual que hoy, cuando escuché su canción en YouTube. Casi treinta años, y aún recuerdo la letra como si la hubiese visto ayer, mientras comía un bocadillo de tulip o nocilla.

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4 comentarios leave one →
  1. baskerbill permalink
    domingo, 24 junio 2007 8:13 pm

    Menudos recuerdos me ha traído este vídeo… Quizá yo fuera un poco mayor que tú, pero seguía la serie con mucho interés. Me encantaba.

    Si no has leído nada de Agatha, hazlo ¡ya! Y te recomiendo encarecidamente las novelas del detective «Maigret» de Simenon. Son novelas cortitas, que se leen en una tarde, enganchan desde el primer párrafo, y te tienen en vilo hasta el final.

  2. domingo, 24 junio 2007 9:05 pm

    Sumaré a Maigret y a Agatha Christie a mi ya larga lista de lecturas pendientes.

  3. Thomas Lang permalink
    martes, 26 junio 2007 8:28 pm

    hummmmmmmmm… me imagino que en esa lista de lecturas pendientes todavía se encuentra » una noche de perros » , de Hugh Laurie: novela trepidante, de las que te enganchan y se leen del tirón.te confieso que si no es por tu recomendación no lo hubiera leído: buena elección. tal vez deberías incluir alguna reseña literaria en este blog

  4. martes, 26 junio 2007 10:32 pm

    Una noche de perros es justo la siguiente de mi lista. Ahora estoy con En el nombre del cerdo, de Pablo Tusset, de quien ya había leído Lo mejor que le puede pasar a un cruasán, y, de momento, no me está decepcionando.

    En cuanto a lo de incluir reseñas literarias, ya tenía pensado algo parecido, lo que ocurre es que necesito coger ritmo de lectura, porque últimamente tengo algo descuidado eso de leer por placer.

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