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Obras maestras y obras menores

martes, 13 mayo 2008

Un genio es aquella persona que es capaz de crear buenas obras, grandes obras y obras maestras. El resto de las personas puede engendrar alguna gran obra y un número razonable de buenas obras. Pero lo normal es que la mayoría de ellas sean mediocres. En el caso de los genios, en lugar de mediocridad, se habla de obras menores.

El genial cineasta neoyorquino Woody Allen es un claro ejemplo de aplicación práctica de esta distinción. Allen ha sido capaz de rodar grandes películas como Annie HallManhattan o Hannah y sus hermanas; muy buenas cintas, como Misterioso asesinato en Manhattan, Interiores o Delitos y Faltas; y unas cuantas obras menores, como Todos dicen I love you, Todo lo que siempre quiso saber sobre sexo, pero temía preguntar o, dicen, El sueño de Cassandra.

Cuando uno lee los dieciocho relatos que dan forma a Pura anarquía se encuentra con un poco de todo esto. En el libro hay buenas historias, relatos muy buenosalguna que otra obra menor, tanto en extensión como en calidad. Ahora bien, lo que no puede negarse es que las casi doscientas páginas que componen el volumen destilan la personalidad de Woody Allen por los cuatro costados.

La anarquía a la que hace referencia el título de la obra, está presente por todas partes, desde el propio argumento de cada uno de los relatos, hasta el desarrollo de las historias, pasando por forma en que Allen los desarrolla o finaliza. Y es que el absurdo casi surrealista que impregna gran parte de la obra cinematográfica del director neoyorquino está también presente en cada una de estas cortas historias.

Pura anarquía no es otra cosa que Allen en estado puro.

Así, por mucho que el lector quiera abstraerse, bastará con que lea los dos o tres párrafos iniciales de cada uno de los relatos -narrados en primera persona- para que su protagonista -da igual cómo se defina- se transforme en ese judío bajito, hipocondríaco y neurótico, de calva incipiente y voz peculiar. La imagen, en definitiva, que viene a la cabeza del lector es la del prototípico y eterno personaje interpretado por Allen, cuyas características se repiten, una tras otra, en gran parte de su filmografía.

Como no podía ser de otra forma, la mayoría de las historias consigue despertar la sonrisa del lector, aunque algunas de las que podemos llamar menores, tengan más dificultades para conseguir su objetivo.

En cualquier caso, se trata de una lectura amena y altamente recomendable que, para ser verdaderamente asimilada, pide ser consumida en pequeñas dosis diarias.

Exactamente igual que sus películas.

PD: Si se han fijado no he calificado ninguna de las obras de Allen como maestra. Y es que no creo que sea tarea mía elevar a los altares las obras de un genio.

4 comentarios leave one →
  1. Marta permalink
    miércoles, 14 mayo 2008 7:53 am

    Dos cosas Ruymán. A mi me gusta mucho Allen porque muy a menudo hablo conmigo en primera persona asi como él. Creo que no es fácil y por ello lo admiro plasmar sus razonamientos en películas muy muy buenas, al menos bajo mi modesto punto de vista. Pero que mi punto de vista sea modesto, quizás el tuyo creas que también, no te impide llamarlo genio si crees que lo és. Muy a menudo no considero genios a personas que muchos críticos sí los consideran. Por eso no te preocupe decir que Allen es un genio si crees que lo es. Mójate más. Gracias y saludos

  2. teniente d'hubert permalink
    miércoles, 14 mayo 2008 8:49 am

    Me encanta Woody Allen… A ver que tal esa «Vicky Cristina Barcelona» , rodada parcialmente en Asturias. Por cierto, hace poco ha tenido un conflicto por el uso indebido de un fotograma de «Annie Hall»
    http://www.elmundo.es/elmundo/2008/04/02/comunicacion/1207124023.html
    Genial ese Martin Landau en «Delitos y Faltas» . No confundir con este otro:
    http://es.youtube.com/watch?v=P9JGUpYUU1s

  3. miércoles, 14 mayo 2008 10:13 am

    Si os gustan los relatos … http://www.topfanfics.com 😀

  4. miércoles, 14 mayo 2008 1:31 pm

    Marta, ¡ojo! No digo que no me atreva a llamar genio a Woody Allen, que, con sus altos y sus bajos, creo firmemente que lo es. Sólo digo que no me considero capacitado para decidir cuáles de sus películas son obras maestras, porque ahí juegan mucho los gustos de cada uno.

    Pero que quede claro que me mojo: es un genio… ¡en mi modesta opinión! 😉

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