Tolerancia cero

Esta noche he tenido la suerte de presenciar en directo una actuación de Pasión Vega, una cantante de la que -salvando la redundancia- siempre he admirado su pasionalidad. De hecho, ahora que la rememoro en una pequeña y abarrotada sala del Teatro Real interpretando María se bebe las calles se me vuelven a poner los pelos de punta.

Claro que la ocasión era propicia para favorecer la emotividad, ya que la actuación de Pasión Vega se produjo en el marco de un acto organizado por el Ministerio de Igualdad en reconocimiento de personas y entidades destacadas en su labor en contra de la violencia de género, con motivo de la celebración, mañana, del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.

María se bebe las calles siempre me ha parecido una canción que cuenta una historia muy dura -la de miles de mujeres maltratadas-, pero que, con su gran fuerza y pasión, logra transmitir el mensaje de que hay una salida. Una salida tan simple y tan complicada como dar un paso al frente, gritar basta y buscar ayuda. Porque la culpa no es de quien recibe las palizas, sino de quien las da.

Y la sociedad sólo tiene que demostrar, ante el maltratador, tolerancia cero.

Pasión Vega, María se bebe las calles, 2003.