Siete hombres con gafas (Crónica del XXV Blogs & Gofio)

Después de aproximadamente un año sin recalar en la Isla, el barrio de Vegueta de la capital grancanaria acogió anoche la XXV edición de Blogs & Gofio, convocada por Víctor R. Ruiz, que logró reunir la nada despreciable cantidad de siete blogueros –la mitad de los que habían confirmado su asistencia– en el restaurante La Barbería.

La inestabilidad atmosférica, la coincidencia con el concierto de Fito y Fitipaldis, la inminencia de un puente de cuatro días de duración o la actuación que ofrecía en ese momento Manolo Vieira en el Teatro Pérez Galdós pudieron ser algunas de las causas de la escasa respuesta de la gofiosfera a la convocatoria. Sin embargo, lo que a priori podría haberse interpretado como un fracaso, pronto se convirtió en la mayor ventaja de la noche: una sola conversación en la mesa, ya que todos nos escuchábamos perfectamente.

Entre los asistentes, además de Víctor, me encontré con caras conocidas, Sergio (el Avatareño Mayor) y Netito, y otras nuevas, Kilian Barrera, Juan Ramírez e Iván Juanes. Como dijo alguien mientras subíamos al comedor, éramos «siete hombres con gafas», que echaban de menos a alguna representante de la cuota femenina de la blogosfera canaria.

Entre plato y plato –si van a La Barbería les recomiendo los pulpos rebozados con salsa barbacoa y las papas del chef–, se abordaron temas como la utilidad práctica de los lectores de DNI electrónico, las redes sociales o la responsabilidad de los medios en el linchamiento público del joven erróneamente acusado de matar a una niña, entre otros. Pero, como no podía ser de otra manera, la reacción de la red ante algunos aspectos del Anteproyecto de Ley de Economía Sostenible fue el asunto estrella de la noche.

Tal y como señalé con el anterior Blogs & Gofio al que asistí, lo mejor de esta experiencia es la posibilidad de desvirtualizar a personas con las que interactúas en la red e intercambiar opiniones que van más allá de Internet. Se trata, en definitiva de demostrar que los blogs son una mera excusa para relacionarte con personas que no forman parte de tu círculo habitual y pasar un rato tan agradable que cuando terminamos ya había compromiso para convocar la edición número XXVI.

A ver si me coge en la Isla.