¡Pudimos!
La selección española se acaba de proclamar Campeona del Mundo por primera vez en su historia. Aunque al principio no las tuvo todas consigo, supo rehacerse y, a pesar del sufrimiento, conquistar el título con todas las de la ley, gracias a un gol de Andrés Iniesta en la segunda parte de la prórroga y a las inmensas intervenciones de Íker Casillas.

Andrés Iniesta celebra el gol que dio el triunfo a la selección española.
Las calles de casi todas la ciudades y pueblos de España están ya inundadas por una marea roja de aficionados que celebra una gesta histórica que mañana dejará desiertos muchos puestos de trabajo, o, en el mejor de los casos, a sus titulares con enormes ojeras.
En estos momentos recuerdo que, hace dos años, cuando esta selección se alzó con su segunda Eurocopa y una oleada de, en ocasiones, estúpido optimismo recorrió el país, escribí que se me antojaba más sencillo que este año la Roja conquistara el Mundial a que un representante español volviera a ganar Eurovisión. A pesar de la ironía, no sabía la razón que tenía.
[La fotografía la encontré en abc.es]