Doble equipaje para un viaje exprés

El reloj ronda peligrosamente la medianoche cuando logro encontrar el primer minuto de tranquilidad de este todavía miércoles. Casi exhausto, me siento a teclear estas líneas en contra de la voluntad de todas y cada una de las células de mi cuerpo, que imploran por irse a la cama ya. Tienen mucha razón: los dos últimos de mi vida han sido una auténtica locura.

Hasta el pasado lunes a mediodía tenía prevista y preparada una escapada de cuatro días repartidos entre Madrid y Sevilla. Era lo que había dado en llamar el interQué+EBE Trip 2011. Sin embargo, una simple llamada de teléfono con una propuesta laboral a la que no podía (ni me apetecía) decir que no destrozó todos mis planes. En segundos, el viaje de cuatro días se convirtió en alrededor de tres semanas en Madrid.

En ese momento todo cambió. Lo que iba a ser una escapada de fin de semana y equipaje de mano, pasó a ser una especie de mudanza exprés con maleta facturada a causa de un trabajo efímero con incorporación inmediata.

Así que estos dos últimos días se han convertido en una vorágine que me llevó a tragarme un par de horas de espera (y sin cita previa; aún no me creo la suerte que tuve) para renovar un DNI cuya caducidad me iba a coger fuera de la isla, a comprar billetes de AVE y anular billetes de avión, buscar alojamiento desesperadamente (parece que el asunto va encarrilado) y a sumar mi viejo bolso de viaje, repleto de ropa de invierno, a mi maleta de mano, sustituida ahora por una bolsa de deporte.

Mañana, por tanto, viajaré con dos equipajes. El previsto, de mano y conteniendo lo necesario para mi interQué+EBE Trip 2011, y el exprés, facturado y pensado para pasar al menos un par de semanas más mientras recupero esa vieja sensación, la del subidón de adrenalina del periodista económico que ve cómo todo se complica mientras la hora del cierre se hace cada vez más inminente.

Agotado, ahora sí, me voy a la cama. Solo puedo pensar que esto no ha hecho más que empezar. Miento. También pienso que tengo suerte al no volar con Ryanair. Por lo del equipaje inesperado, básicamente.

[Fotografía de keyseeker/Morguefile]