Salvapantallas, pijamas y Cartas a Sinaja
El lunes recibí un correo inesperado. Era de Angie, que me decía que el martes iba a presentar Salvapantallas en la sala Ámbito Cultural de El Corte Inglés. Ese día no tenía nada mejor que hacer, así que decidí plantarme en la séptima planta del antiguo edificio de Galerías Preciados, con la intención de pasar un rato entretenido –ya sé bien cómo escribe Angie–, saludarla y concretar una velada literaria que teníamos pendiente. Nunca pensé encontrarme con lo que allí me encontré.
Salvapantallas es la segunda recopilación de columnas de Ángeles Jurado —Angie para casi todos–, que publica Ediciones Idea. La primera fue Síndromes de Estocolmo. Tengo que reconocer que no pensaba comprarlo, pero casi me vi obligado a ello, después de escuchar el prólogo, de Dolores Campos-Herrero, y dos de las columnas en la voz de la escritora Eduvigis Hernández. Ahora que ya lo he hojeado, tengo que decir que me habría arrepentido si no lo hubiese comprado.
Conocí a Angie a comienzos de año, por culpa de mi autoexilio en Madrid. Ella comenzaba con un blog en Canarias7.es y yo necesitaba saber qué ocurría en las Islas. Su forma de contar su día a día me llamó la atención desde el principio. Poco a poco, fui conociendo su universo particular, lleno de personajes singulares, hasta que, a golpe de comentarios, sin darme apenas cuenta, me convertí en uno de ellos.
Quizá por eso sabía que el martes no podía faltar a la cita. Y, en efecto, allí estaban casi todos. Como espectador anónimo, después de diez meses, pude ponerle cara a sus padres, a su hermano, a Netito y, sobre todo, al Hombre, ese personaje misterioso que la arrastra a interminables tardes de fútbol televisivo en Vecindario. Sólo faltó Viggo Mortensen, a quien yo, si fuera Angie, no le perdonaría esa ausencia, aunque mucho me temo que ella ni siquiera se la tuvo en cuenta durante un minuto.
Me gustó mucho la presentación que hizo Paco Suárez, director de Canarias7. Reflexionó acerca de lo que, en su opinión, debería aportar el periodismo impreso a la sociedad actual, en la que uno se informa en Internet o a través de la radio y la televisión y busca en los periódicos el análisis inteligente y la reflexión. Y reflexión, pero con humor, es lo que contienen las columnas que conforman Salvapantallas, que era el epígrafe bajo el que se publicaron en el diario. De hecho, creo que Cartas a Sinaja es, en cierto modo, la continuación de esas columnas, en las que se pasa de hablar de la Loba Jolie y Carita de Guanche, a los lambuseos de Diego, las tartas de Neketán y los niños con pijamas de rayas. Pero, además, con feedback de los lectores.
Y, precisamente, de El niño con el pijama de rayas fue, entre otras cosas, de lo que hablamos al día siguiente en el Mumbai, muy cerquita del Auditorio, Angie, Netito y yo, delante de un capuchino y unos tés. Al final, acabamos con Alberto, otro de sus amigos, en el cine. La película era, como no podía ser menos, la última que protagoniza Viggo Mortensen, Promesas del este.
Nunca pensé que, a través de Internet, podría llegar a conocer a personas con algunas inquietudes y aficiones similares a las mías, con quienes podría relacionarme, luego, en la vida real. Y no me refiero, por supuesto a la clase de relación de la que hablan esos que ligan en un chat y corren a contarlo en El diario de Patricia. Tal vez es que, seis meses y medio, 162 entradas, 10.184 visitas y 252 comentarios, después de empezar con este blog, empiezo a sentir que ya formo parte, de verdad, de la gofiosfera.
Ya sólo me falta coincidir con un Blogs & Gofio.
Fue un placer, Canario en Madrid. Espero que te guste el libro de principio a final, con sus altibajos. Repetimos cuando vuelvas.
Como ya te dije, te tomaré la palabra. 😉
hola me llamo mika mi msn ess mika_ladiosa1996@hot….