Hace calor (Blog Action Day 2009)

Como anunciábamos hace unas semanas, este 15 de octubre, fecha que en el calendario de reivindicaciones blogueras corresponde al Blog Action Day, toca reflexionar sobre el cambio climático y sus efectos.

La destrucción de la selva amazónica, el aumento del agujero de la capa de ozono o la reducción de la cantidad y el grosor del hielo en los casquetes polares a consecuencia del aumento de las temperaturas son temas tan habituales y manoseados que, de tanto hablar de ellos, ya nos dicen muy poco.

Casi a diario nos quejamos del calor que hace estos días, pese a que el calendario indica que estamos a mitad de octubre, y lo achacamos al cambio climático, sin hacer nada más.

Justificamos nuestra inacción diciendo que muy poco podemos hacer para frenar este proceso, si las grandes empresas –verdaderas devoradoras de energía y demás recursos naturales– y los propios estados, incumplen sistemáticamente los acuerdos plasmados en el Protocolo de Kioto. Pero eso no es más que mirar para otro lado.

Todos podemos hacer algo, desde utilizar más el transporte público o dejar de coger el coche para trayectos que podríamos hacer andando, hasta desenchufar todos los aparatos eléctricos que, al apagarlos, se quedan en standby, pasando por reciclar los diferentes tipos de residuos que se producen en casa.

Porque, a mi juicio, la clave está en seguir técnicas de consumo responsable, como sustituir las bombillas tradicionales por otras de bajo consumo –es lo que ha hecho mi madre con el 80% de las de casa esta semana–, por reutilizar antes de reciclar…

Quizá lo que uno pueda hacer de forma individual equivalga a una simple gota de agua en medio del océano. Pero la suma de millones de gotas de agua –las acciones individuales de millones de personas– acaba formando ese océano. Y eso es lo que importa, porque planeta en el que vivir, sólo tenemos uno y, aunque «la Tierra puede seguir adelante sin nosotros, nosotros no podemos sobrevivir sin la Tierra».

Además, si todos pusiéramos nuestro granito de arena, tal vez un octubre de dentro de unos cuantos años, ya no haga tanto calor.