La noche en que salimos del pozo

Nunca dejará de sorprenderme la gran capacidad que tiene el cerebro humano para establecer todo tipo de asociaciones, por extrañas que nos puedan parecer. Hoy, sin ir más lejos, llevo todo el día acordándome de mi abuelo, fallecido hace casi once años, a cuenta del decimoquinto aniversario del ascenso a Segunda División A logrado por su querida Unión Deportiva Las Palmas en el estadio Martínez Valero de Elche, tras pasar cuatro años atrapados en el pozo de la Segunda B.

Quince años después, recuerdo con total claridad la intensidad con la que viví ese partido, siguiéndolo por televisión en casa de mi abuela –no sé por qué, pero aun con mi abuelo vivo, siempre fue la casa de mi abuela– y el susto que se llevó mi hermano cuando lo desperté con mis gritos, celebrando el gol que marcaba el principio del final de la travesía en el desierto.

Quince años después, leo sobre lo ocurrido aquella noche y vuelvo a ver las imágenes de ese ascenso y se me vuelve a poner la piel de gallina. Como aquel día. Incluso, hasta se me humedecen los ojos. Pero esto último ocurre sobre todo porque me acuerdo de cuánto lo disfrutó mi abuelo.

Tras este ascenso vinieron quince años más, marcados por unas pocas luces y muchísimas sombras, pero esa es otra historia. Y muy larga de contar.

Resumen del ascenso de la UD Las Palmas a Segunda División A el 22 de junio de 1996.