Un vistazo al papel de España en Eurovisión (y IV)
Esta noche se celebra el Festival de Eurovisión, por lo que llega la hora de poner fin a esta pequeña serie que el Friki me ha obligado a dedicar a los representantes españoles mejor clasificados en los últimos 30 años. Después de escribir sobre quienes lograron finalizar el festival entre los tres mejores, hoy repasaremos los que se quedaron a un paso.
Durante los años 80, tras el segundo puesto obtenido por Betty Misiego en 1979 y el tercero de Bravo en 1985, que ya hemos comentado, los resultados cosechados por los diversos cantantes españoles en el certamen fueron bastante mediocres, si exceptuamos el sexto puesto obtenido por Nina en 1989, con los 88 puntos del tema Nacida para amar.
Por tanto, para volver a ver a un español entre los cinco primeros clasificados, hay que esperar un año más, hasta la edición de 1990, celebrada en Zagreb, en la que Azúcar Moreno logró el quinto puesto gracias a los 96 puntos que recibió su canción Bandido, a pesar de los problemas con la música, que obligaron a las hermanas Salazar a salir dos veces al escenario.
La última vez que España consiguió colocar a uno de sus participantes entre los cinco primeros clasificados, si exceptuamos el segundo puesto de Anabel Conde, que también hemos comentado, fue en Roma en 1991. En una edición del festival preparada a la carrera y ganada por Yugoslavia, Sergio Dalma consiguió que su balada Bailar pegados, obtuviese el cuarto puesto, con 119 puntos. A pesar de no ganar, esta canción se convirtió en el primer gran éxito del cantante catalán.
Sin embargo, en el siglo XXI, hay que remontarse a los primeros años del milenio para encontrar las mejores clasificaciones de España en el festival. Y, aún así, hay que conformarse con una sexta posición. La obtuvo David Civera en 2001, con el tema Dile que la quiero, que cosechó 76 puntos y marcó el inicio de su carrera ante el gran público.
Aunque, sin lugar a dudas, la participación que más expectación ha causado en esta década –al menos hasta el momento– es la de Rosa, en la edición de 2002. La granadina Rosa López fue la concursante revelación de la primera edición de Operación Triunfo, programa que consiguió generar una gran expectación en torno al festival. Sin embargo, la gracia de la granadina no fue suficiente y su tema Europe’s living a celebration tuvo que conformarse con la séptima plaza que le dieron los 81 puntos que recibió.
Resulta paradójico que, a pesar del carisma de la representante de esta edición –después de la cual, la representación española ha ido haciendo un papel cada vez más pobre–, su carrera musical haya sido mucho más discreta que la de quienes la acompañaron en la final del concurso en el que fue elegida –David Bisbal y David Bustamante– quienes, por cierto, le hicieron los coros en su actuación.
En algo más de ocho horas, comenzará la edición de este año, en la que España estará representada por la canción La noche es para mí, defendida por Soraya, intérprete salida también de la factoría de Operación Triunfo, a quien le dese0 toda la suerte del mundo, porque la va a necesitar.
En lo que respecta a los peores resultados cosechados por los intérpretes españoles en las últimas tres décadas, mejor los dejo para el próximo año, que esos dan más trabajo.
Rosa, Europe’s Living a Celebration, 2002.
Más información sobre las participaciones de España en Eurovisión, en Wikipedia.