Celebra que eres canario… en la distancia

Hoy debería ser un día especial para todos los canarios. Sin embargo, el Día de Canarias suele verse como cualquier otro día festivo, en el que lo más destacado es que no se va a trabajar.

A los niños, eso sí, un par de días antes, suelen organizarles una fiesta en el colegio, a la que van vestidos con trajes típicos y bigotes pintados -nunca he sabido muy bien por qué-, para cantar y bailar alguna isa o malagueña, que llevan ensayando todo el mes. Mientras tanto, a los padres se les cae la baba. Al terminar las actuaciones suele haber sancocho, con su pella de gofio, o unas papitas arrugás con mojo.

Está muy bien que a los niños se les enseñe desde el colegio parte de nuestras tradiciones. Es una buena forma de ir acercándolos a nuestro rico acervo cultural. Sin embargo, el Día de Canarias debería ser algo más que eso. Cada 30 de mayo se celebra el aniversario de la primera sesión del Parlamento de Canarias, que tuvo lugar en 1983, casi un año después de la publicación de nuestro Estatuto de Autonomía en el Boletín Oficial del Estado. Celebramos que somos una Comunidad más dentro del Estado español, con una gran riqueza cultural y radicalmente diferente del resto. Afortunadamente, plagada de señas de identidad propias. Y eso es algo que nunca deberíamos olvidar, porque es lo que nos hace únicos.

Posiblemente, para los que, aunque exiliados, seguimos algo de lo que pasa en las Islas, que es la forma en que me definía alguien hace unos días, el Día de Canarias sí que significa algo más. De entrada, es un día laborable como otro cualquiera y, encima, este año cae miércoles. Tampoco importa mucho, porque el grupito de canarios en el que me muevo ha decidido aprovechar una fiesta que se celebra el viernes en no sé dónde para convertirla en nuestra fiesta del Día de Canarias. Aunque la comida sea una paella; el caso es celebrar lo que somos y que nos sentimos orgullosos de serlo. Y para eso no hace falta vestirse de mago, ponerse un cachorro, pintarse un bigote y bailar una seguidilla.

Sin duda, vivir fuera de las Islas marca mucho. Te permite ser consciente de que eres diferente. Tienes un acento diferente al de los demás, usas otras palabras y expresiones, tu sentido del humor es totalmente distinto, te mueves a otro ritmo, eres más sanote… y vives mejor que ellos.

Gracias a Mar, una chica de Tenerife, la tarde se me ha ido tarareando canciones canarias. La mayor parte de ella la he pasado entre Sombra del Nublo y Vivo, la canción escogida por el Gobierno de Canarias para la campaña de promoción del nuevo Estatuto de Autonomía. Sin entrar en valoraciones políticas, creo que los anuncios, tanto en lo visual como con la pegadiza canción, reflejan bastante bien lo que he intentado decir aquí: somos distintos y tenemos que estar orgullosos de ello. Y eso, cada 30 de mayo, hay que celebrarlo.