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Cuánto hemos cambiado

domingo, 9 mayo 2010
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Cada vez que recibo uno de esos correos que intentan despertar la nostalgia entre los treintañeros, mediante una interminable lista de actividades o una presentación con fotos de la época de su infancia y convencernos de que entonces éramos mucho más felices que los niños de hoy no puedo dejar de pensar que, aunque quienes inician esas cadenas puedan tener bastante razón, los tiempos han cambiado mucho.

La lejanía suaviza bastante los recuerdos de cualquier momento pasado de la vida. Por ello, estoy casi convencido de que nuestra infancia no fue más feliz que la de los niños de hoy. Sí fue diferente, quizá más sana e inocente. Pero eso sólo fue porque la sociedad era diferente. Y, dentro de ese contexto éramos felices con lo que teníamos. Así que, igual, la culpa no va a ser de los niños de hoy, sino de la sociedad que los rodea. De los que éramos niños hace treinta o cuarenta años.

Hoy he vuelto a recibir un correo que, en clave de humor, compara las posibles consecuencias de unas hipotéticas situaciones si éstas hubiesen ocurrido en 1969 –aunque son aplicables hasta bien entrados los años 80 del pasado siglo– o en la actualidad. Las otras tres o cuatro veces que llegó a mi bandeja de entrada, apenas le presté atención. Hoy, no sé si será porque me cogió algo más cansado que de costumbre, me paré a pensar un poco más en serio en lo que plantea el texto, para descubrir algo que me aterró: estoy completamente de acuerdo con la conclusión a la que llega el texto.

Cuarenta años no es nada. Pero cuánto hemos cambiado en ellos.

«Escenario: Tienes que hacer un viaje en avión.
Año 1969: Te dan de comer, de beber y los periódicos que quieras. Todo servido por azafatas espectaculares.
Año 2009: Entras en el avión abrochándote el cinturón de los pantalones que te han hecho quitar para pasar el control, te sientan en una butaca en la que si respiras profundo le metes el codo en el ojo al de al lado y si tienes sed el azafato te ofrece una carta con cuatro latas a precio de oro. Si protestas, cuando aterrizas te meten el dedo por el culo para ver si llevas drogas.

Escenario: Manolo tiene pensado ir al bosque después de clase. Al entrar al colegio le enseña una navaja a Pancho con la que pretende hacer un tirachinas.
Año 1969: El subdirector lo ve y le pregunta donde la ha comprado. Le enseña la suya, que es antigua, pero mejor.
Año 2009: La escuela se cierra. Llaman a la policía, que se lleva a Manolo al reformatorio. Antena 3 y Telecinco presentan los informativos de las 15:00 desde la puerta del colegio.

Escenario: Disciplina escolar
Año 1969: Haces una putada en clase. El profesor te mete dos hostias. Al llegar a casa tu padre te arrea otras dos.
Año 2009: Haces una putada. El profesor te pide disculpas. Tu padre le monta un pollo al profesor y a ti te compra una moto por el disgusto.

Escenario: Fran y Marcos se reparten unos puñetazos después de clase.
Año 1969: Los compañeros los animan, Marcos gana. Se dan la mano y terminan siendo colegas.
Año 2009: La escuela se cierra, Telecinco proclama el «Mes antiviolencia escolar». El periódico 20 minutos dedica cinco columnas al asunto y Antena 3 aposta de nuevo a Matías Prats en pleno temporal frente a la puerta del colegio para presentar el telediario.

Escenario: Luis rompe el cristal de un coche en el barrio; su padre saca el cinturón y le pega unos buenos latigazos con él.
Año 1969: Luis tiene más cuidado la próxima vez, crece normalmente, va a la universidad y se convierte en un hombre de negocios con éxito.
Año 2009: Arrestan al padre de Luis por maltrato a menores. Sin la figura paterna, Luis se une a una banda. Los psicólogos convencen a su hermana de que el padre abusaba de ella y lo mantienen en la cárcel de por vida. La madre de Luis se enrolla con el psicólogo. Mercedes Milá abre la final de Gran Hermano con un discurso relativo a la noticia.

Escenario: Juan se cae mientras echaba una carrera y se araña en la rodilla. Su profesora, María, se lo encuentra llorando al borde del camino. María lo abraza para confortarlo.
Año 1969: Al poco rato, Juan se siente mejor y sigue jugando.
Año 2009: María es acusada de perversión de menores y se va al paro. Se enfrenta a tres años de cárcel. Juan se pasa cinco años de terapia en terapia. Sus padres demandan al colegio por negligencia y a la profesora por trauma emocional, ganando ambos juicios. María, en paro y endeudada, se suicida tirándose de un edificio. Cuando aterriza, lo hace encima de un coche y también rompe una maceta. El dueño del coche y el dueño de la planta demandan a los herederos de María por destrucción de la propiedad. Ganan. Telecinco y Antena 3 producen juntos la película y definitivamente el plató de los informativos ya queda emplazado en medio de la calle.

Escenario: El fin de las vacaciones.
Año 1969: Después de chuparse una caravana del copón con toda la familia metida en un seiscientos tras un mes de vacaciones en un apartamento cochambroso de la costa, se terminan las vacaciones. Al día siguiente se trabaja y no pasa nada.
Año 2009: Después de volver de Cancún, en un viaje con todo pagado, la gente sufre trastornos del sueño y depresión.

Conclusión: Nos hemos vuelto gilipollas.»

Pues parece que sí.

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3 comentarios leave one →
  1. eowyn permalink
    domingo, 9 mayo 2010 9:01 pm

    Esta claro que la sociedad cambia y evoluciona y debemos adaptarnos pero también nos tenemos que detener a mirar hacia atrás y recordar y «reaprender» que con menos podemos ser igual o más felices aún.

    …(empieza el tercer cuarto)…

  2. domingo, 9 mayo 2010 9:05 pm

    @Eowyn, precisamente ésa es la línea en la que va mi reflexión. En que hemos llegado a un punto en el que los valores parecen ser lo secundario, cuando deberían continuar siendo lo principal, con independencia de que los niños jueguen en la calle o con la PS3…

  3. eowyn permalink
    martes, 11 mayo 2010 9:01 am

    Es que jugando en la calle se aprenden valores como compartir, la amistad, el esfuerzo… y la PSP hace niños asociales… Lo que sucede es que para el ritmo de vida que llevamos es más fácil enchufar al niñ@ al videojuego antesque llevarlo al parque… una pena!!!!!!!!!!!!

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