Frase de la semana
"Concédeme tres deseos
Estrellita del Oriente
Que el campo está floreciendo
Y el trigo ya está maduro
Que la flor del año nuevo
Ya está abriendo su capullo"
Gloria Estefan, 'Estrellita del Oriente'
Un aniversario olvidado
Esto empieza a ser verdaderamente preocupante. Hace dos días –el Viernes Santo, para más señas– esta bitácora cumplió ocho años de vida. Pero, inexplicablemente, se me olvidó por completo. Para mi desazón interna, el hecho de tener el blog prácticamente abandonado desde prácticamente no recuerdo cuándo hace tiempo que dejó de atormentarme. Sin embargo, no sólo dejar pasar acontecimientos sin escribir ni una sola línea acerca de ellos, sino sin ni siquiera recordar que se estaban produciendo, a pesar de que hasta hace muy poco eran citas obligadas, sí que acaba de disparar todas alarmas en mi mente.
Porque eso indica que mi desordenada no-vida tiene que estar tocando fondo. Lo bueno es que, una vez llegas a lo más profundo, sólo puedes volver a subir.
Sin embargo, esta vez no voy a prometer que intentaré por todos los medios recuperar el ritmo de actualización de los primeros años para tratar de aparecer por aquí todos los días. O, al menos, una vez a la semana. Ni tan siquiera una vez al mes. No. Estoy demasiado cansado y sé que sería hacer un paripé.
El pasado viernes, hace dos días, Un canario en Madrid cumplió ocho años y yo, que durante todo este tiempo he tratado de cuidarlo y hacerlo crecer de la mejor manera posible, lo olvidé. Y tengo que asumirlo. Este blog, estoy seguro de ello, seguirá vivo para cumplir muchos años más. Pero hoy, a diferencia de lo que he podido hacer de aquí para atrás, no estoy en disposición de asegurar lo fuertes que serán sus constantes vitales. Pero eso es lo que hay.
Agridulce aniversario.
[Fotografía de jgojtan/Pixabay]
El padre de Ena
Sé que llevo mucho tiempo sin escribir en esta bitácora –los inicios de cualquier proyecto son duros y los de este, aunque satisfactorios, lo parecen aún más– y mucho más sin reseñar como se merece alguno de los muchos libros que he leído en los últimos años. Cada vez que hablo de ello hago propósito de enmienda y, sin embargo, no sé si por falta de tiempo, ganas o ánimo, nunca termino de ponerme a ello.
Una sensación indescriptible
Hace bastante que, de nuevo, no aparezco por aquí. Un par de meses atrás me embarqué en una nueva aventura periodística, Canarias en Hora, que vio la luz el pasado jueves 5 de febrero. Desde entonces –incluso desde antes–, tengo pendiente presentarla oficialmente por aquí, aunque, en mi descargo, solo puedo decir que ha sido todo tan rápido e intenso que no he tenido tiempo de pararme a tratar de plasmar lo que estaba ocurriendo. Además, el pasado sábado ya conté por qué creo que este medio nace en el mejor de los tiempos y hacerlo por aquí sería, tal vez, repetirme un poco.
Así que iré directamente a lo que, casi un mes después, me ha llevado a abrir de nuevo el editor de este casi abandonado blog.
No sé cómo definir la sensación que me ha embargado durante todo el día de hoy.
El triunfo de la credulidad
Los acontecimientos de los últimos años me obligaron a llegar a la conclusión de que los contratos laborales de periodista eran como los unicornios, el hombre del saco o el Ratoncito Pérez. Para mi sorpresa, desde ayer vuelvo a creer en todos ellos como un niño.
AQMA: Súbete a mi moto

Como muchos niños de la época, durante muchas noches de Reyes de finales de los años 80, soñé con despertarme para descubrir que sus Majestades de Oriente habían atendido mis peticiones y me habían traído un flamante Porsche 911 Carrera de Feber. Un deportivo descapotable con motor eléctrico —prueba de lo visionaria que era esta empresa juguetera—, capaz de convertir a quien lo poseyera en el vecino más popular de su calle y el alumno más envidiado de su colegio.
Aunque sabía que eso nunca ocurriría, no evitaba que cada 5 de enero me acostara albergando la misma ilusión.
Otra vez el champán y las uvas y el alquitrán
A lo largo de los últimos años, cada 31 de diciembre me he sentado ante el ordenador para desear que los doce meses que concluían se llevaran con ellos la crisis y permitieran al siguiente convertirse en el primero de una recuperación más que necesaria. Cansado, ya, por desear algo que parecía que jamás iba a cumplirse, hace un par de meses decidí que este año no lo haría.
Continuar leyendo “Otra vez el champán y las uvas y el alquitrán” »
Lo más leído de Un canario en Madrid en 2014
El año se acaba y, como cada doce meses, toca mirarse un poco el ombligo y hacer un repaso por las entradas más populares de esta bitácora durante los últimos doce meses. Con algo más de una treintena de entradas publicadas, 2014 ha resultado ser el año menos activo de este blog, por detrás incluso del pasado, en el que la caída de la productividad fue ya bastante apreciable. La llegada de 2015, en cambio, amenaza con venir acompañada de un repunte en la actividad de Un canario en Madrid, gracias a un acontecimiento del que espero poder hablarles en breve.
Continuar leyendo “Lo más leído de Un canario en Madrid en 2014” »
Atragantado por una uva (Un cadáver delicioso)
El pasado lunes me reuní con un grupo de escritores con los que, además de compartir un taller literario, escribí una novela colectiva —sí, esa novela— y, con demasiada frecuencia, nos leemos fragmentos de las que esperamos sean nuestras respectivas óperas primas novelísticas en solitario.
El encuentro tuvo lugar en una pizzería y, allí, entre copas de cava y prosecco, conchas marinas, figuritas de Navidad de chocolate y aperitivos de pandeyukita, alguien tuvo la feliz idea de perpetrar un cadáver exquisito con el que celebrar las fechas que se avecinaban.
No es porque yo sea el autor de una de las frases, pero la verdad es que el experimento nos quedó tan resultón, que, con la aquiescencia de Astrid, Adela, Rosa, Mónica, Patricia, Marcial, Carlos y Jorge y el consentimiento tácito de Sara, decidí compartirlo por aquí, a modo de regalo literario posnavideño.
Así que, si más dilación y en palabras de Astrid, les dejo con «nuestro cadáver provisional, tan exquisito como delicioso». Espero que disfruten tanto leyéndolo, como nosotros escribiéndolo.
Atragantado por una uva,
entre verde y morada,
entre verde y morada la parra de
uvas bajo la que te sueño
sin ronquidos, me despeño
por el precipicio de tus caderas.Se ponía y se quitaba las gafas
pero la visión siempre era nítida
y no daba pábulo a lo que representaba:
ese delantal era el símbolo
de un pecado que debió haber cometido
y que lejos de querer olvidarlo
buscó repetir nuevamente,
pero le vinieron a la memoria otros idilios
donde su corazón murió desangrado.
[Fotografía de /Freepik]
Cosas que celebrar
Otro año más, ya están aquí la Nochebuena y la Navidad, esos dos días en los que casi nos vemos obligados a dar gracias por lo que tenemos y felicitar a los demás por el mero hecho de seguir aquí un año más. Algo que, tal y como están las cosas, cada día se me antoja una proeza mayor.
Son días, también, para añorar a los que nos han dejado, pero lejos de entristecerme por ello, este año me he propuesto alegrarme por tener la oportunidad de recordar todos los buenos momentos que pasamos juntos. Y, sobre todo, por tener muchas pequeñas cosas que celebrar.
Así que olviden todo lo malo y, al menos estos días, quédense con lo bueno que haya en su vida. Porque por pequeño que sea, siempre tenemos algún motivo para sonreír y recordar por qué tenemos que ser felices. Si consiguen extender ese sentimiento más allá de la Navidad y compartirlo con quienes los rodean, puedo asegurarles que serán las personas más felices del mundo.
Desde este humilde blog, vaya mi pequeño granito de arena: ¡Feliz Navidad!

Burbujas (y solidaridad) a 30.000 pies
Parece que eso de que las aerolíneas sorprendan a sus pasajeros en pleno vuelo o nada más aterrizar cuando se acerca la época navideña comienza a convertirse en una costumbre que amenaza con extenderse como una plaga por todas las aerolíneas del planeta.
Continuar leyendo “Burbujas (y solidaridad) a 30.000 pies” »

