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Eurovisión 2010: Algo no tan pequeñito

domingo, 30 mayo 2010

Desde esta bitácora siempre he defendido la coherencia y la sinceridad. Por eso, tengo que confesar que iba a titular esta entrada «Un gran batacazo». Sí, lo admito, estaba convencido de que la canción defendida por Daniel Diges en el LV Festival de la canción de Eurovisión iba a finalizar en una de las tres últimas posiciones. Sin embargo, no ha sido así. Y me alegro. Aunque el resultado final tampoco ha sido como para tirar cohetes.

Y es que Algo pequeñito, logró algo grande y que a priori parecía imposible: superó la decimosexta posición obtenida hace dos años en Belgrado por Rodolfo Chikilicuatre, al alzarse, gracias a sus 68 puntos, con la decimoquinta plaza. La mejor clasificación desde 2004, año en el que Ramón del Castillo finalizó en décimo lugar con el tema Para llenarme de ti.

Siguiendo con la sinceridad a la que hacía referencia dos párrafos más arriba, debo decir que, por segundo año consecutivo, no vi el Festival. Si el año pasado me fui a un concierto de Los Secretos, en esta ocasión asistía al interesante debate del IV Café&Periodismo, evento en cuya organización colaboro. Sin embargo, creo que esta circunstancia no me impide comentar un par de cosas sobre el certamen.

Tras cada fracaso cosechado en Eurovisión comienza a escucharse una suerte de corpus teórico-filosófico que trata de encontrar una explicación al mediocre resultado. Una mala elección de la canción y/o intérprete, fruto de un proceso de selección mal planteado o ejecutado –y eso que los arreglos a los que someten a los temas escogidos los mejoran (en algunos casos es un decir) hasta dejarlos irreconocibles–; el hecho de que no pasar por las semifinales hace que el público europeo nos perciba de forma antipática o, simplemente, apenas conozca nuestra canción; y que no formamos parte de un bloque geopolítico definido que nos garantice una buena bolsa de puntos son los tres argumentos más escuchados en los días posteriores a la celebración del Festival.

Aunque creo que no participar en las semifinales tiene algo de importancia, el principal motivo por el que hace que España no ocupe uno de los tres primeros puestos al final del concurso desde hace quince años es que no se eligen las canciones adecuadas. Y lo peor de todo es que muchas veces es evidente hasta para los que apenas tenemos idea de música y una muy ligera sobre Eurovisión.

Este año Alemania, cuya canción se reveló como una de las favoritas desde hace bastantes días, se ha alzado con el triunfo. Y, al igual que España, es miembro del Big Four. Reino Unido, en cambio quedó en última posición y Noruega, que al haber ganado el certamen el año pasado tampoco participaba en las semifinales, acabó vigésimo. El cuarto miembro del grupo de máximos contribuyentes al Festival, Francia, acabó en duodécima posición, con 14 puntos más que España.

No participar en las semifinales puede influir, pero no es determinante. El problema, como ya he dicho en anteriores ocasiones, está en la elección del representante y en las pretensiones con las que se acude al Festival.

Sin embargo, y a pesar ser una participación intrascendente más, es muy probable que la actuación del representante español de este año sea recordada durante bastante tiempo. Y no sólo por el peinado de Diges, que durante toda esta semana ha tenido que soportar la pregunta de si España presentaba a Art Garfunkel, sino porque se convirtió en la primera de la historia en que un espontáneo –catalán y habitual de todo tipo de competiciones deportivas– irrumpió en medio del escenario durante la canción.

De «boicot» calificó el (casi) siempre histriónico Uribarri esta intromisión y Diges volvió a actuar después del último participante. Con cara de circunstancias, el intérprete español declaraba que, si ganaba, sería el primer cantante en actuar tres veces en una misma gala de Eurovisión. Su expresión, por el contrario, decía que sus posibilidades eran cada vez algo más pequeñitas.

Daniel Diges. Algo pequeñito, 2010.

Todas las entradas sobre Eurovisión en Un canario en Madrid:

2007:
Spain, no points.
2008:
La noche en que Europa abucheó a España.
2009:
Un vistazo al papel de España en Eurovisión (I).
Un vistazo al papel de España en Eurovisión (II).
Un vistazo al papel de España en Eurovisión (III).
Un vistazo al papel de España en Eurovisión (y IV).
Eurovisión 2009: La noche no es para España.
2010:
Un batacazo «algo pequeñito».
Un nuevo vistazo al papel de España en Eurovisión.
Un nuevo vistazo al papel de España en Eurovisión (I): A la deriva nos llevan.
Un nuevo vistazo al papel de España en Eurovisión (II): No podemos olvidar.
Un nuevo vistazo al papel de España en Eurovisión (III): La noche no fue para ti.
Un nuevo vistazo al papel de España en Eurovisión (IV): Los cuartos por la cola.
Un nuevo vistazo al papel de España en Eurovisión (y V): En franca decadencia.

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One Comment leave one →
  1. domingo, 30 mayo 2010 11:01 am

    El papel fue más que digno, yo creo que la canción no es adecuada para el concurso, tambien creo que el concurso tiene un sistema de voto injusto, el niño qu ecanta lo hac emuy muy bien y además creo que estuvo muy profesional con la interrucción del «retrasado» ese. Esta es mi opinión, hoy es la primera vez que he escuchado la canción y a traves de este blog es la primera ve que veo la actuación española, asi que los seguidores de verdad de este comcurso tendran muchas más cosas que decir.

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